Ascenso del liberalismo a ultranza: Ganadores, perdedores y claves del triunfo de Javier Milei
Las elecciones presidenciales de 2023 en Argentina representaron un momento decisivo en su historia política reciente. Luego de la primera vuelta electoral de 2023, donde ningún candidato obtuvo la mayoría requerida, se celebró una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados: Javier Milei, líder del partido La Libertad Avanza, y Sergio Massa, del oficialista Unión por la Patria.
Por: Lic. Diego Navarro, Consultora Polites
Los ganadores
Javier Milei resultó ser el gran ganador de este proceso electoral. El político de tendencia ultra-liberal logró aumentar considerablemente su votación con respecto a la primera vuelta (duplicó la cantidad de votos), donde se posicionó como segunda fuerza.
Con un discurso centrado en la defensa del liberalismo económico y posturas anti-establishment («políticos corruptos» y «empresarios corruptos» en su imaginario), Milei capitalizó el descontento ciudadano y se consolidó como la principal figura de la derecha argentina.
Además, el liberalismo en general salió fortalecido de estos comicios, no solo ampliando La Libertad Avanza su representación parlamentaria, sino también expandiendo su base de votantes y mostrando una tendencia mayoritaria. Si bien, como en toda democracia, las mayorías son circunstanciales.
Los perdedores
El principal derrotado de la segunda vuelta fue Sergio Massa. El líder de Unión por la Patria no pudo alcanzar la presidencia a pesar del apoyo del peronismo no kirchnerista, tampoco logrando igualar su desempeño en la primera vuelta al no conseguir los votos necesarios para lograr la presidencia.
Asimismo, los partidos políticos más tradicionales como el peronismo y la UCR vieron reducida su votación a favor de candidatos propios, evidenciando el declive de las fuerzas de centro e izquierda moderada frente al ascenso de figuras disruptivas.
Las claves del triunfo de Milei
Podríamos centrar las claves del triunfo de Milei en tres ejes: por un lado, en lo político partidario, donde según sondeos, se estimaba que un 80% del voto de Juntos por el Cambio (lo apoyó casi el 100%), así como la mitad de los votos de Juan Schiaretti y casi un porcentaje similar entre los votantes que optaron por la izquierda o el voto nulo/blanco en la primera vuelta.
Por otro lado, en lo territorial, no sólo sorprendió su victoria en casi todas las regiones del país, sino la estrecha distancia de menos de 2 puntos que obtuvo en la provincia de Buenos Aires, lo que explica la diferencia final de casi 12 puntos.
En la composición social, también destacó su gran capacidad de atraer a sectores de la población tradicionalmente cercanas al voto al peronismo, como jóvenes, clases bajas y regiones del norte, las más rezagadas del país, en esta ocasión abrazaron la idea de un cambio en el modelo de generación de riqueza en el país.
Conclusión
El triunfo de Javier Milei marcó un hito en el panorama político argentino, fortaleciendo posturas más liberales y rupturistas con el establishment. Los resultados también muestran un sistema electoral más fragmentado y polarizado, con fuerzas emergentes ganando terreno a costa de los partidos tradicionales. El escenario plantea una etapa de reacomodamientos en el mapa político del país.
Abre un nuevo horizonte en el país, en donde habrá que considerar hasta qué punto los cambios en la sociedad que propone Javier Milei, tienen una viabilidad democrática, al menos ya tiene una legitimidad de origen, habrá que analizar la posterior legitimidad en ejercicio, cómo va respondiendo la sociedad a esos cambios.