Argentina lidera los 10 países más endeudados con el FMI
En un reciente análisis de Visual Capitalist, Argentina vuelve a ocupar el nada honroso primer lugar como el país más endeudado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con una cifra que supera los 32.000 millones de dólares, lo que representa el 5,3% de su Producto Bruto Interno (PBI).

Esta estadística no solo refleja una crisis coyuntural, sino una problemática estructural profundamente arraigada en la economía del país.
Argentina mantiene una relación de más de 60 años con el FMI, durante los cuales ha sido objeto de más de 20 programas de rescate. Esta recurrencia pone en duda la efectividad de las políticas impuestas por el organismo multilateral y la capacidad del Estado argentino para romper con un ciclo de dependencia que parece eternizarse.
Las recetas del FMI —basadas en ajustes fiscales, reducción del gasto público y reformas estructurales— han sido cuestionadas sistemáticamente por su impacto social, generando protestas, recesión económica y un aumento de la pobreza en varios periodos históricos.
El caso argentino no es aislado. Ecuador ocupa el quinto lugar en la lista, con más de 6.000 millones de dólares en deuda con el FMI, y se prepara para firmar su programa número 23 con la institución. Desde la década de 1960, este país ha recurrido al Fondo como un salvavidas frente a crisis recurrentes. Sin embargo, las políticas condicionadas a estos créditos han sido duramente criticadas por organizaciones sociales y expertos que denuncian su carácter procíclico, es decir, que tienden a agravar las crisis en lugar de atenuarlas.
Ucrania, en tanto, es el único país europeo en el top 10, con una deuda superior a los 9.000 millones de dólares. La guerra con Rusia ha devastado su economía, obligándola a acudir al FMI para evitar un colapso total.
A diferencia de otros países de la lista, su situación tiene un origen eminentemente geopolítico y no únicamente económico, aunque también ha quedado atrapada en la lógica del endeudamiento multilateral.
Lo que resulta más inquietante es que cinco de los diez países más endeudados se encuentran en África, una señal de alarma sobre la vulnerabilidad financiera de economías en desarrollo que recurren al FMI ante la falta de otras opciones viables de financiamiento. El total de la deuda pendiente con el Fondo asciende a 111.000 millones de dólares, de los cuales el 69% está concentrado en apenas diez países.
El FMI, por su parte, defiende su rol como prestamista de última instancia, ofreciendo asistencia técnica y orientación de políticas públicas para estabilizar las economías. Sin embargo, el costo social y político de estas intervenciones ha dejado cicatrices profundas, alimentando la desconfianza ciudadana y debilitando la legitimidad de los gobiernos que las suscriben.
La pregunta de fondo sigue vigente: ¿es el FMI una solución o una parte del problema? El liderazgo de Argentina en este ranking sombrío parece sugerir que más que ofrecer salidas sostenibles, el Fondo perpetúa un sistema donde los países empobrecidos cambian crisis económicas por crisis sociales, y deuda externa por deuda política.
En este escenario, repensar los modelos de desarrollo económico y las alternativas al financiamiento tradicional se vuelve una urgencia para los países del Sur Global. Porque cuando el alivio llega con condiciones que hipotecan el futuro, quizás sea momento de preguntarse si estamos llamando a la puerta equivocada.
Los presidentes argentinos que más endeudaron al país con el FMI
El Podio de la deuda
Mauricio Macri (u$s57 mil millones): La administración de Macri es la que más fondos ha solicitado al FMI. El acuerdo, que alcanzó los u$s57 mil millones, se enmarca en un contexto de crisis económica y un intento de estabilizar el mercado cambiario y contener la inflación. Sin embargo, este enfoque generó un fuerte debate sobre la sostenibilidad de la deuda y la dependencia del país de financiamiento externo.
Fernando de la Rúa (u$s22 mil millones): En un periodo marcado por la crisis de 2001, la administración de De la Rúa buscó un «blindaje» financiero que resultó en un préstamo de u$s22 mil millones. La implementación de políticas de austeridad y las medidas de ajuste, en un contexto de creciente descontento social, llevaron eventualmente a la caída de su gobierno y a una de las peores crisis económicas de la historia argentina.
Javier Milei (sujeto a aprobación del directorio, u$s20 mil millones): El reciente anuncio del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre un acuerdo con el FMI por u$s20 mil millones posiciona a Milei en la cima de este ranking, aunque su acuerdo aún está sujeto a la aprobación del directorio del organismo. Este hecho refleja la continuidad de un patrón: la búsqueda de financiamiento internacional como solución a problemas estructurales de la economía argentina.
Eduardo Duhalde (u$s12.500 millones): Tras la crisis del 2001, Duhalde tuvo que lidiar con un país en ruinas. Su gestión incluyó un préstamo del FMI para ayudar a refinanciar la deuda y estabilizar la economía en un momento de extrema fragilidad.
Carlos Menem (u$s9.200 millones): Durante su gobierno, Menem firmó múltiples acuerdos con el FMI en un intento por implementar políticas de liberalización económica. Aunque logró ciertos avances, su administración también dejó un legado de desindustrialización y aumento de la pobreza.
Raúl Alfonsín (u$s4 mil millones): En un contexto de transición democrática, Alfonsín firmó varios acuerdos con el FMI, aunque sus planes se vieron frustrados por la hiperinflación y la falta de estabilidad económica.
Dictaduras (u$s2.500 millones): Los gobiernos de facto de Videla y Bignone también recurrieron a préstamos del FMI, en un contexto donde la falta de transparencia y la represión política dificultaron el análisis de las consecuencias de estas decisiones.