16 de abril de 2024

A cinco años de la muerte de Aylan Kurdi, el problema de los refugiados se agrava por la pandemia

El 2 de septiembre de 2015, la dramática fotografía del cadáver de un chico sirio, de 3 años, que se había ahogado al viajar con su familia a la isla griega de Kos y flotaba en una playa turca, volvió a poner de manifiesto el grave problema de millones de refugiados, agravado en la actualidad por la pandemia de coronavirus

Aylan Kurdi se ahogó junto a su hermano mayor Galip y su madre Rehanna cuando el bote neumático en el que viajaba se hundió en el mar Egeo. Sin embargo, su padre Abdullah sobrevivió al naufragio. Todos viajaban en una embarcación ideada para soportar el peso de por lo menos cuatro personas, en la que había 15 refugiados, según informes de las autoridades.

En 2014, 405 personas murieron intentando cruzar el mar Egeo; 799 -incluido Aylan- en 2015; 441 en 2016; 59 en 2017; 174 en 2018; 70 en 2019; 46 en lo que va de 2020, según informes de ACNUR, la agencia para los refugiados de Naciones Unidas.

En 2018, el número de refugiados llegó a 25,9 millones, de las cuales 20,4 millones fueron bajo el mandato de ACNUR, pero otros 5,5 millones lograron amparo bajo la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).

La dramática fotografía del cadáver de un chico sirio, de 3 años, que se había ahogado al viajar con su familia a la isla griega de Kos y flotaba en una playa turca, volvió a poner de manifiesto el grave problema de millones de refugiados.

Según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), desde enero de 2015 más de un millón de personas llegaron a Grecia en busca de seguridad y una vida mejor, de los cuales 1.200 murieron o desaparecieron.

En los últimos meses de 2015 y principios de 2016, algunos países establecieron políticas de admisión selectivas y arbitrarias, según CEAR.

El 20 de marzo de 2016, entró en vigencia el Acuerdo Unión Europea (UE)-Turquía, auspiciado por Alemania, mediante el cual todas las personas migrantes que llegaran irregularmente en las islas griegas serían devueltas a Turquía.

La UE comprometió una ayuda de 6.000 millones de euros para que Ankara acoja en su territorio a los refugiados que escapan de la guerra civil en Siria, iniciada en marzo de 2011 entre el Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, y las fuerzas de la oposición de ese país.

El 16 de abril de 2016, el papa Francisco visitó el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, el más grande de Europa, acompañado por el Patriarca Ecuménico Bartolomeo y al Arzobispo de Atenas y toda Grecia, Jerónimo II.

«Los migrantes, antes que números, son personas, rostros, nombres e historias», expresó el pontífice, quien regresó al Vaticano llevándose a 12 refugiados sirios.

Durante el encuentro, Francisco y los líderes religiosos coincidieron en señalar que la crisis de refugiados «es un problema europeo e internacional que pide una respuesta comprensiva que respete las leyes europeas e internacionales».

«Hemos visitado uno de los campos de refugiados. Provenían de Irak, de Afganistán, de Siria, de África… de muchos países. Hemos saludado a alrededor de 300 refugiados, uno a uno. Muchos de ellos eran niños, algunos de ellos han asistido a la muerte de padres y compañeros, algunos de ellos ahogados en el mar», recordó.

El 2 de marzo de 2020, la jefa del Gobierno alemán, la canciller Angela Merkel, calificó de «inaceptable» que el Gobierno turco presionara a la UE por más ayuda bajo la amenaza de que miles de migrantes podrían marchar hacia Europa.

En aquella oportunidad, Merkel señaló que el Gobierno del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, no se sentía «suficientemente apoyado por Europa».

Merkel, sin embargo, justificó la preocupación de Erdogan ante la posibilidad de que a los 3,5 millones de refugiados, que había en ese momento en Grecia, se sumaran otro millón de personas que habían abandonado sus hogares en el norte de Siria al recrudecer los combates entre el Gobierno sirio y la oposición.

El 14 de agosto, la ACNUR dijo que un total de 134 países que dan acogida a los refugiados informan de la transmisión local de la Covid-19, y señaló que unas 79,5 millones de personas se encuentran desplazadas por la fuerza alrededor del mundo.

«Más del 80 por ciento de los refugiados, y casi todos los desplazados internos del mundo, están alojados en países de bajos y medianos ingresos. Con frecuencia se enfrentan a desafíos y vulnerabilidades específicos que deben tenerse en cuenta en las operaciones de preparación y respuesta de Covid-19», señaló.

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