18 de abril de 2024

Para entender la Argentina de hoy es importante comprender el peronismo

El 19 de marzo de 2019, el antropólogo y escritor argentino, Alejandro Grimson presentó su libro «¿Qué es el peronismo?», en la sala Caras y Caretas  del barrio de San Telmo en Buenos Aires. Junto a Dario Sztajnszrajber, Dora Barrancos y Mario Wainfeld desglosó el contenido de su obra en la que abundan, con la marca referencial de la crónica y el ensayo, esos matices del recorrido de iniciación, sostenimiento y perpetuidad de un movimiento popular de masas que tuvo su génesis en 1945, los debates sobre la cultura menemista, la gestación y nacimiento del kirchnerismo en medio de la crisis social de 2001 y el terreno propicio para que el incipiente macrismo llegara al poder en 2015.

Hoy, 17 de octubre es propicia la ocasión para recordar aquella presentación porque Grimson plantea en su libro la idea de comprender al peronismo como una manera para entender la Argentina y la aborda desde el fenómeno político más complejo y trascendental de la historia nacional y por qué no, latinoamericana.

Como en aquella oportunidad y hoy, cuando la lealtad merece ser entendida, el autor propone un ejercicio de repensar el movimiento como una identidad política cambiante, que a lo largo de su devenir se ha alimentado tanto del fervor de sus dirigentes como de la vehemencia de sus detractores.

«El peronismo no es algo de una vez y para siempre. Los análisis han procurado asirlo o simplificarlo pero el peronismo siempre ha desbordado a sus estudios». Afirma el intelectual, desechando de esta forma la idea monolítica como requisito fundante del movimiento popular, al cual le otorga el título de «la identidad política más persistente del país».

¿Por qué analistas e historiadores a lo largo del tiempo siguen empeñados en descifrar la naturaleza del peronismo?, interrogante al cual Alejandro Grimson responde: “Necesitamos comprender al peronismo si queremos entender a la Argentina. Creo que hacemos mal las preguntas relevantes para entenderlo. La pregunta acerca de si el peronismo es de izquierda o de derecha se basa en una presuposición equivocada. Si uno toma cualquier país «normal» del mundo va a identificar una extrema izquierda, una centro izquierda, un partido más socialdemócrata, uno de derecha o de centro derecha y uno más de ultraderecha».

«El peronismo desde 1945 hasta ahora ha encarnado cada una de esas variantes. El error está en tomar a la política como una línea que va de derecha a izquierda: hay que pensarla como un volumen y mirar de otra manera a los peronismos en su devenir histórico. El peronismo es tan complejo como el comunismo o el socialismo, sólo que a diferencia de ellos hace ostentación de su complejidad: los peronistas están orgullosos de ser un fenómeno incomprensible para el resto».

La complejidad del movimiento y su dificultad para entenderlo como tal, es la grieta que el “antiperonismo” supo capitalizar a su favor para denostar la relevancia histórica del peronismo y así construir su propia retórica del relato.

Una demostración de la invención y profundización de la grieta, esa construcción simbólica de compartimentos estancos en los cuales el argentino de a pie se identifica con una u otra parte en disputa, a lo que Grimson refiere como “Una regla general del gobierno de Macri para aparecer como la contracara del kirchnerismo y así polarizar al extremo y profundizar la grieta.

La inentendibilidad del peronismo justifica la férrea oposición contra todas sus expresiones y variaciones a lo largo de estos últimos 75 años, que van desde la alienación educativa del pueblo para que no vote al peronismo, pasando por golpes de Estado, bombardeos y hasta el  exterminio pregonado por distintos tipos de antiperonismo que centran su idea en cómo se termina con algo que se considera anormal: una enfermedad, una aberración que tiene que ser curada o extirpada según las diferentes interpretaciones.

Entonces, comprender el peronismo como complejo, multidimensional, plural, resistente a toda captura simbólica o fragmentación ideológica u homogeneización política; nos permitirá entender la Argentina tan heterogénea porque su constitución no es lineal, sino multifacética, con contrastes, discontinuidades y controversias y luchas de identidades en el seno del movimiento y no tanto de ideas cuyo basamento es la convicción de las ideas promnulgadas por el peronismo.

Grimson dice en su libro: “¿Será que el peronismo, y por consiguiente la Argentina, resultan menos imposibles si evitamos tratar de encarjarlos en categorías equivocadas? Procurar que una realidad compleja y rica quepa a la perfección en un esquema implica violentar los hechos”. Tal vez con esta afirmación podamos también pensar y entender la relevancia de un 17 de octubre que trasciende los límites de un partido político y se refleja y configura como en espejo, en el otro, donde el antiperonismo se vuelve más presencial y no es otra cosa que la imagen especular como devolución del peronismo, el cual se afianza en sus convicciones con mayor consistencia y definición.

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