Ziliotto denuncia el abandono de las rutas nacionales: «El ajuste de Milei pone en riesgo la vida, la producción y el federalismo»
El gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, lanzó una advertencia contundente que expone una de las consecuencias más visibles y peligrosas del ajuste aplicado por el gobierno de Javier Milei: casi el 60% de las rutas nacionales que atraviesan la provincia se encuentran en “estado crítico”.

El diagnóstico no es técnico ni abstracto: es la constatación de un deterioro que ya afecta a la producción, el turismo, la conectividad, la logística, la salud y, sobre todo, a la seguridad de quienes transitan el territorio.
Ziliotto no dudó en responsabilizar al Ejecutivo nacional por haber paralizado la obra pública, y denunció que el abandono de la red vial por parte de la Nación ha generado una sobrecarga inusitada en las rutas provinciales. “No fueron diseñadas para soportar semejante volumen de tránsito pesado”, afirmó. Esta afirmación apunta directamente a uno de los efectos colaterales del desmantelamiento del Estado: la transferencia encubierta de responsabilidades hacia las provincias, sin los recursos necesarios.
Los efectos del ajuste en las rutas no son sólo estructurales, sino también humanos. “Se encarece la logística, se deterioran los vehículos, aumentan los accidentes y se interrumpe la conectividad entre nuestras comunidades”, enumeró Ziliotto. El gobernador además remarcó cómo la situación golpea de lleno a sectores clave de la economía pampeana, como el turismo y la producción, al tiempo que obstaculiza el acceso a servicios básicos como la salud y la seguridad.
La denuncia adquiere aún más gravedad al considerar lo que el mandatario provincial califica como una doble estafa: “Mientras se siguen cobrando impuestos con destino específico para el arreglo de rutas y caminos, los fondos no aparecen”. Es decir, el Estado nacional no sólo se desentiende de sus obligaciones, sino que continúa recaudando sin ejecutar.
El planteo de Ziliotto va más allá de una queja administrativa: interpela al modelo de país que propone el actual Gobierno. “Las rutas también son soberanía, igualdad de oportunidades y desarrollo federal”, sentenció, señalando que lo que está en juego no es sólo el asfalto, sino la idea misma de una Argentina integrada, donde el interior tenga acceso a la infraestructura necesaria para desarrollarse.
Ante esta situación, el gobernador exige que la administración de Milei asuma de inmediato su responsabilidad. Y, en caso de que decida no hacerlo, propone una alternativa clara: que transfiera los fondos correspondientes a las provincias para que puedan hacerse cargo. La propuesta no es ideológica, sino práctica y urgente. El deterioro vial no espera.
La advertencia de La Pampa se suma a la de otras provincias que, en silencio o con mayor o menor visibilidad, enfrentan las consecuencias del desfinanciamiento de la obra pública. La destrucción de la red vial no sólo encarece costos y arriesga vidas: también simboliza el desmantelamiento del federalismo en nombre de un ajuste que recae, otra vez, sobre los sectores más vulnerables y los territorios históricamente postergados.
La pregunta ya no es si el Estado debe achicarse, sino si puede seguir existiendo un país sin caminos que lo unan.
