¿Son los instrumentos sexuales, medios adecuados para educar eficazmente en ESI?
Por el Profesor Andrés Martínez
La compra de los penes de madera, carecería de sentido si se piensa en la prevención de las enfermedades de transmisión sexual desde el punto de vista de la legislación vigente, porque dejaría de lado un elemento que contempla la misma Ley N°25.673, que abala el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, la prevención mediante consejerías de calidad. La compra de penes, ¿contribuye a educar eficazmente sobre sexualidad? El interrogante que el profesor Andrés Martínez pone a consideración en esta nota.

El pasado 24 de junio, del corriente año, Sandra Marcela Tirado, Secretaria de Acceso a la Salud de la Nación y que reemplazó en ese cargo a la actual ministra de Salud, Carla Vizzotti, dio luz verde a un pedido de la Dirección de respuesta al VIH, ITS, Hepatitis virales y Tuberculosis para la adjudicación de materiales de promoción de salud sexual que incluyen la compra de 10.000 penes de madera pulida.
El monto asignado por la cartera sanitaria a los materiales, que incluyen también dispensers de preservativos y maletines de color turquesa, asciende a $13.371.100. El pedido se sostiene en que, según la resolución 35 de 2021, la adquisición de los insumos solicitados permitirán asegurar una amplia disponibilidad de materiales de promoción cuya finalidad sea concientizar y evitar la propagación de enfermedades de transmisión sexual tales como el VIH y otras ITS en el marco de la Ley N° 23.798.
Siete días después, el 1° de julio, se publicó la licitación en la plataforma Comprar, donde se conoció el “pliego de bases y condiciones” que debía cumplir aquel proveedor que quisiera participar de la compulsa pública.
Si bien es cierto que la propagación de enfermedades de infección sexual (ITS) ha crecido a escalas inmensurables en los países de la región, las razones por las que se justifica esta licitación carecen de sentido al momento de buscar la verdadera conciencia y prevención de conductas sexuales y promiscuas por la que los adolescentes de nuestro país atraviesan. Los instrumentos sexuales, como penes de madera-profilácticos, entre otros, responden a la legislación emitida en el año 2002, bajo la sanción de la ley 25.673 que corresponde al Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.

Esta es la razón por la que el ministerio de salud de la Nación se apoya para evidenciar la necesidad de cumplir con los objetivos de alcance en cuanto al acceso de información y garantía de prevención de enfermedades sexuales. No obstante, se omiten por completo lo que el artículo 4, inciso b, de dicha ley reglamenta como buena y viable alternativa para informar sin perder el decoro y pudor hacia los menores; el artículo reclama:
Prevenir mediante consejerías de calidad, los abortos provocados y garantizar la adecuada atención pre y post aborto, con el objeto de garantizar decisiones libres e informadas. (Art 4, inciso b, ley 25.673). Este articulo refleja que la prevención es comunicativa con un fuerte énfasis en el dialogo y respeto por las convicciones particulares de cada persona. Pero esto se modificó (violó) con leyes que no promueven la consejería, sino que alientan la muerte de un bebé y, muy probable, la de su mamá. (Ley 27.610 –Interrupción voluntaria del embarazo)
Argentina sigue por el camino de la acumulación de leyes y modificaciones de artículos que alimenta el cultivo promiscuo y su caldo termina siendo la desintegración de la identidad sexual de los menores.

En nuestro país se “hace” prevención de enfermedades de infección sexual, cuando se aplican leyes absurdas y con propuestas inconcebibles en materia de recursos e instrumentos sexuales; como si eso fuera la garantía para mejorar la calidad sexual de los infantes.
La inocencia de los niños está en una agenda ideológica genocida en donde sus partes privadas están en el blanco de exposición y destrucción total. ¿y la escuela, la familia e instituciones religiosas que medidas tomarán?
Alguien se preguntó años atrás: ¿si los fundamentos fueren reemplazados, que harán las personas bien intencionadas?
Es una pregunta fundamental porque a priori muchos no caen en conciencia de lo que se está viviendo y de lo que vendrá. Hecha la ley, hecha la trampa. Por lo tanto, se debe prestar atención a cómo se hará frente a estas iniciativas incongruentes para el buen desarrollo de la salud sexual de los infantes y adolescentes. En principio esta situación no debe ser puesta en el escenario de “mentes abiertas” o “avance e integración al mundo” como argumento para aceptar todo porque alguien retorcido/a así lo pensó, debemos actuar en consecuencia y reconstruir las bases (fundamentos) y tomar la iniciativa de hablar de las partes privadas y publica con, y bajo, rigurosidad científica a los niños y adolescentes. Como padres, instructores y educadores, se debe hablar de los órganos sexuales tal y como la biología lo describe, pero siempre en el momento que se demande.
En sintonía con lo dicho hasta el momento, se debe fortalecer el sentido de la prevención en los niños y adolescentes, apelando a las consecuencias que conlleva una vida desprovista de cuidados responsables y no, a la implementación de recursos sexuales “alternativos” para decir que esto o aquello es mejor o peor como forma de exponer los riegos reales en la sexualidad.

Además, es fundamental garantizar el derecho a la verdad en cuanto al funcionamiento de los miembros del aparato reproductor masculino y femenino, cuestión esencial en el reconocimiento, funcionamiento y valoración de los órganos sexuales.
El sistema propone múltiples formas de reconocer la sexualidad liberando cualquier mensaje enamarañado de sutil prevención y cuidado del cuerpo, pero la familia, la escuela y las instituciones eclesiales son las entidades con mayor derecho para garantizar una plena sexualidad en los niños. No permitamos que los objetos sexuales sean la solvencia de una falsa enseñanza en sexualidad, porque a fin de cuentas esa forma de querer instruir y hacer prevención de ITS, violenta los derechos de privación biológica y se promueve una mentalidad de perversión temprana.
Cuidemos la ESI enseñando la sexualidad desde una cosmovisión científica y coherente con la necesidad de los niños y adolescentes.