“Nos están llevando a la ruina”: científicos denuncian el desmantelamiento del sistema científico argentino
La movilización autoconvocada reunió a investigadores, docentes, becarios y estudiantes que, con pancartas, consignas y testimonios, advirtieron que “la política de este Gobierno nos está llevando a la ruina”.

La comunidad científica argentina se manifestó de manera masiva este miércoles frente al Polo Científico de la Ciudad de Buenos Aires para denunciar el brutal ajuste que lleva adelante el presidente Javier Milei sobre el sistema de ciencia y tecnología.
El reclamo surge en un contexto de parálisis casi total del sistema científico nacional. Entre las principales denuncias se encuentran el congelamiento del presupuesto desde 2023, la caída del 34,7 % del salario real, el freno a 845 ingresos al CONICET y la falta de liberación de fondos esenciales para la continuidad de proyectos de investigación. La situación, afirman, no solo afecta a los científicos, sino que compromete el desarrollo, la salud y el futuro del país.
Un ajuste que golpea el corazón del conocimiento
“Estamos acá porque no tenemos fondos. No nos liberan dinero para trabajar, para pagar a los becarios, para mantener los edificios, para que los estudiantes puedan progresar”, relató uno de los profesionales en declaraciones al programa De Una, visiblemente afectado por la gravedad del panorama.
El ajuste a la ciencia, además de desfinanciar institutos y recortar programas estratégicos, amenaza con provocar una nueva ola de “fuga de cerebros” al exterior, una constante trágica en la historia argentina cuando se prioriza el ajuste fiscal por sobre la inversión en conocimiento.
La ciencia en resistencia
La viróloga Andrea Gamarnik, reconocida por el desarrollo del primer test serológico nacional contra el COVID-19 durante la pandemia, fue contundente al describir la situación actual como “un desastre”. Desde su laboratorio en el Instituto Leloir, denunció el desmantelamiento de institutos, el cese de becas a jóvenes investigadores y la falta de transferencias de fondos a proyectos ya aprobados. “Estamos trabajando muchísimo resistiendo en los laboratorios, y saliendo a contar por qué hay que defender a la ciencia”, explicó.
Gamarnik, junto a otros referentes, insistió en que la sociedad debe tomar conciencia del valor estratégico de la ciencia. “Es muy triste ver cómo se está desmantelando el sistema científico. Sin ciencia, no hay futuro”, remarcó, sintetizando el sentimiento compartido por cientos de profesionales en todo el país.
Un modelo de país sin ciencia
La política de ajuste implementada por el Gobierno de Javier Milei, en nombre de la austeridad y la “eficiencia”, muestra su rostro más cruel al impactar en áreas fundamentales para el desarrollo. La ciencia no solo produce conocimiento: salva vidas, impulsa la soberanía tecnológica, genera empleo y mejora la calidad de vida. Su destrucción no es un simple recorte presupuestario, sino un retroceso civilizatorio.
La movilización frente al Polo Científico no fue solo una manifestación sectorial: fue un grito de alerta. Lo que está en juego no es solo el destino de los investigadores, sino el modelo de país que se quiere construir. Un país sin ciencia es un país condenado a la dependencia, al atraso y a la resignación.
El reclamo de los científicos argentinos no es corporativo, es profundamente patriótico. En tiempos donde se desprecia el conocimiento y se margina la inversión en investigación, los laboratorios se transforman en trincheras de resistencia. La pregunta que la sociedad debe hacerse es simple y urgente: ¿Estamos dispuestos a resignar el futuro en nombre de un ajuste que solo deja ruinas?