12 de julio de 2025

Milei sacude al Mercosur: duras críticas al bloque y elogios a la Unión Europea en la cumbre regional

Fiel a su estilo, el presidente argentino no ahorró cuestionamientos al bloque regional, al que acusó de haber “perjudicado a la mayoría de los ciudadanos” y de haberse convertido en un aparato burocrático incapaz de promover libertades ni desarrollo económico.

Javier Milei volvió a dejar su huella disruptiva en la política exterior durante la 66° Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, donde ejerció como anfitrión para traspasar la presidencia pro témpore a Brasil.

En un discurso que tensionó el clima entre los mandatarios, Milei afirmó que el Mercosur “terminó excluyéndonos de la competencia global y frenó el crecimiento de nuestras economías”. La definición no sorprende, en línea con la visión liberal extrema que impulsa el mandatario, pero expone el nivel de distancia que el gobierno argentino mantiene con la lógica integracionista que históricamente guió la creación del bloque.

La retórica de Milei se centró en descalificar al Mercosur como una “estructura burocrática elefantiásica” que multiplica regulaciones y duplica foros sin resultados concretos. En su lugar, propuso un esquema de mayor libertad comercial y regulatoria para cada país, en un mensaje que resuena como un guiño al electorado libertario, pero que, en términos diplomáticos, refuerza la imagen de un presidente que prioriza la confrontación sobre la construcción de consensos.

Paradójicamente, en medio de sus críticas, el presidente celebró “el relanzamiento del vínculo con la Unión Europea”, al considerar que el acuerdo entre ambos bloques representa “una oportunidad histórica”. Sin embargo, su optimismo hacia Europa contrasta con el escepticismo respecto de los socios regionales, lo que plantea una contradicción: resulta difícil consolidar un acuerdo UE-Mercosur si al mismo tiempo se relativiza el papel del propio Mercosur como vehículo de integración.

Milei también mostró entusiasmo por avanzar en acuerdos con los Emiratos Árabes Unidos, profundizar el pacto con la India y fortalecer el tratado de libre comercio con Israel. Un enfoque de apertura comercial que, en el plano discursivo, suena coherente con su visión aperturista, pero que choca con la realidad: ningún país puede insertarse globalmente sin articularse primero con su entorno inmediato.

Finalmente, en materia de seguridad, planteó el desafío de enfrentar el narcotráfico como un “cáncer” regional, reclamando acciones urgentes y menos retórica vacía. Un punto de coincidencia con buena parte de los presidentes presentes, aunque opacado por el tono hostil que marcó el resto de su intervención.

La exposición de Milei, tan filosa como provocadora, deja sobre la mesa la gran incógnita de su estrategia exterior: ¿cómo pretende la Argentina ser un socio creíble en acuerdos multilaterales si al mismo tiempo devalúa el rol de su principal plataforma regional? La construcción de confianza y cooperación es incompatible con el desprecio constante al espacio común, y el riesgo es claro: un país que reniega de su región se aísla también de las oportunidades que el mundo ofrece.

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