13 de noviembre de 2025

Milei reactiva su mesa política sin autocríticas y con el discurso de “defender el proyecto con uñas y dientes”

El encuentro, que comenzó a las 9:30 y se replicará en la tarde con dirigentes bonaerenses, reunió a la mesa chica del oficialismo: Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, Martín Menem y Manuel Adorni. Llamativamente, fue excluido Lule Menem, implicado en el escándalo por presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad.

Ph: m1

El presidente Javier Milei encabezó este martes en la Casa Rosada la primera reunión de la mesa política de su Gobierno tras la dura derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, con el objetivo declarado de “defender con uñas y dientes” el rumbo de su proyecto de cara a los comicios nacionales de octubre.

El mensaje difundido luego por la cuenta oficial de La Libertad Avanza fue claro: ratificación del camino emprendido, sin autocríticas y con un discurso de confrontación hacia quienes cuestionan al Gobierno. “Vamos a poner el cuerpo en defensa de este proyecto (…) todas las demás recetas ya fracasaron”, se leyó en el comunicado, que insistió en la idea de que “la libertad avanza o Argentina retrocede”.

La narrativa oficial muestra un cierre de filas frente al revés electoral, pero al mismo tiempo revela una carencia de revisión interna. El resultado en Buenos Aires —13 puntos por debajo de Fuerza Patria— dejó en evidencia las debilidades políticas del oficialismo en el distrito más populoso del país. Pese a ello, la reunión no dejó señales de cambios estratégicos ni reconocimientos de errores, en un contexto marcado por la suba del dólar, denuncias de corrupción, cuestionamientos a los recortes en discapacidad y tensiones con la prensa.

La presencia de figuras como Bullrich y Caputo refleja la apuesta del Gobierno por sostener un frente duro, mientras que la eventual incorporación de dirigentes como Ramón Lanús, cercano a la ministra de Seguridad, apunta a tender puentes con los pocos referentes que lograron victorias locales. Sin embargo, la estrategia parece más enfocada en blindar el relato oficial que en revisar el rumbo tras un resultado que golpeó con fuerza en el corazón de la coalición.

La mesa política de Milei se presenta así como un gesto de reacción inmediata al “baldazo de agua fría” electoral, pero al mismo tiempo expone un dilema: insistir en el mismo camino, con el costo político que esto pueda implicar, o abrir un espacio real de autocrítica y diálogo con otros actores para evitar que el proyecto quede encapsulado en un círculo cada vez más reducido.

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