13 de noviembre de 2025

Karina Milei no va al Congreso por el caso $LIBRA alegando “compromisos de agenda”

La explicación oficial, brindada por el vocero presidencial Manuel Adorni, fue que la funcionaria viajará a Estados Unidos como parte de la comitiva que acompañará a Javier Milei en la Asamblea General de la ONU.

El Gobierno confirmó que Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y figura central en el círculo íntimo del jefe de Estado, no asistirá el próximo 23 de septiembre al Congreso, donde estaba citada en calidad de testigo por la comisión investigadora del caso $LIBRA.

La ausencia, presentada como una cuestión de agenda, abre un frente sensible en un contexto donde el oficialismo acumula derrotas parlamentarias y enfrenta crecientes cuestionamientos a su capacidad de control político.

El caso $LIBRA, que indaga la eventual participación de funcionarios en la promoción de una criptomoneda con proyección internacional, se transforma así en un test sobre la transparencia del Gobierno. Que sea justamente la hermana del Presidente quien no se presente en la fecha fijada alimenta la percepción de que el Ejecutivo busca ganar tiempo y reducir la exposición de sus figuras más cercanas.

Adorni insistió en que no se trata de un incumplimiento, sino de una coincidencia con la agenda internacional del mandatario, y dejó abierta la posibilidad de que Karina Milei concurra a la segunda fecha prevista por la comisión. Sin embargo, el gesto político es claro: frente a una investigación incómoda, el oficialismo prioriza blindar a su núcleo duro, aunque ello implique tensar aún más la relación con el Congreso.

La explicación oficial se sostuvo en un discurso de confrontación que ya es marca registrada: según Adorni, existe un “esquema argentino que no quiere que el país avance” y que busca “poner palos en la rueda para que la Argentina estalle”.

Estas afirmaciones, en sintonía con las del Presidente y el ministro de Economía, Luis Caputo, refuerzan la narrativa de un Gobierno asediado por una supuesta conspiración institucional, pero evaden el fondo del problema: la necesidad de dar respuestas concretas en una investigación parlamentaria que apunta a posibles irregularidades.

La ausencia de Karina Milei el 23 de septiembre no clausura el expediente, pero sí expone la tensión entre las instituciones y un oficialismo que, en lugar de asumir el desafío de la rendición de cuentas, parece dispuesto a sostener el blindaje político como estrategia de supervivencia.

En un escenario donde el Congreso viene de limitarle al Ejecutivo el manejo discrecional de los ATN y de revertir vetos presidenciales, la decisión de esquivar la citación alimenta la percepción de un Gobierno que reacciona a la defensiva y que enfrenta crecientes dificultades para sostener la legitimidad de su relato de “honestidad y transparencia”.

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