18 de abril de 2024

Isabel Allende: «Por cada cachetada que recibí, pude dar dos»

A la espera de los resultados de las elecciones en Estados Unidos, la escritora chilena lamentó este jueves que tanta gente vote «por un neo autoritarismo» y «la exclusión en vez de la inclusión» en referencia a Donald Trump, al participar de una conferencia de prensa a propósito de su nuevo libro «Mujeres del alma mía», donde reivindica a las mujeres imprescindibles de su vida, repasa su experiencia como mujer y su compromiso feminista.

«Estoy viviendo la situación política transpirando, con una angustia tremenda, entre whisky, marihuana, pastillas para dormir y valium», contó divertida la escritora chilena desde su casa de California, donde vive desde hace años. Con ese «estrés tremendo» que tiene hace dos días, lamentó que «68 millones de personas hayan votado por Trump a pesar del desastre de los últimos cuatro años. Las mujeres han votado por Trump, los latinos».

Vestida de rojo, a tono con los labios carmín, rodeada de imágenes familiares, libros y flores, Isabel Allende – la escritora más vendida en español, hiperconocida partir de su primer éxito «La casa de lo espíritus»- también se refirió a la pandemia y bromeó que por su profesión sus rutinas no se alteraron tanto: «El hecho de estar confinada no es nuevo para mi, lo único diferente es que ahora estoy con Roger, mi nuevo marido, en un espacio pequeño y tengo que vivir una luna de miel extendida más de lo normal».

Durante más de una hora, la autora de unos 30 libros traducidos a unos 40 idiomas, respondió preguntas vinculadas a su mirada sobre la desigualdad de género, un tema que subyace en su nuevo libro publicado por Plaza & Janés, en el que indaga en su memoria para apostar hacia el futuro, desde una lectura en clave feminista y con un registro celebratorio y vital.

Porque Allende se reivindica en este libro apasionada, alegre y feminista, y de hecho así comienza el texto: «No exagero al decir que fui feminista desde el kindergarten, antes de que el concepto se conociera en mi familia».

«Mientras el cuerpo se me deteriora, mi alma se rejuvenece (…) Mi pasión por las causas que siempre he abrazado o por las pocas personas que amo ha aumentado. Ya no temo mi vulnerabilidad, porque no la confundo con debilidad; puedo vivir con los brazos, las puertas y el corazón abiertos. Esta es otra de las razones por las que celebro mis años y celebro ser mujer: no tengo que probar mi masculinidad, como dijo Gloria Steinem», apunta unas páginas más adelante la escritora de 78 años, nacida en Perú, criada en Chile y en Venezuela y radicada en Estados Unidos, aunque de todos esos países ella se sigue asumiendo chilena.

Consultada por la complejidad que le supuso volver hacia atrás en esa narrativa íntima y en retrospectiva que construye en «Mujeres del alma mía», la escritora aseguró que no «fue difícil» y contó que su mamá Panchita – su «primera inspiración para el feminismo, la escritura, para tantas cosas», como recordó- siempre le decía «‘vas a recibir mucha agresión, tené cuidado. Pero por cada cachetada que recibí pude dar dos, no creo que haya sido un alto precio alto a pagar. Siento que el esfuerzo valió la pena y creo que falta mucho por hacer.»

Estados Unidos

Preocupada por la cantidad de apoyo que consolida Donald Trump a pesar de que todavía el proceso electoral está en marcha, Allende lamentó que Estados Unidos opte «por un neoautoritarismo en vez de la democracia, por la exclusión en vez de la inclusión. Entonces tengo que tener los ojos más abiertos a lo que es este país y no pasarme fantasías en la cabeza porque aunque gane Biden la mitad del país va por Trump».

En ese sentido, la escritora se mostró decepcionada porque la gente decidió votar un sistema que «excluye a los más pobres y a los que más necesitan» y advirtió que «Trump va a hacer todo lo que pueda para quedarse con el poder».

También se refirió a la situación de los latinos en Estados Unidos: «Yo creo que en general los latinos hemos salido fortalecidos por el numero que somos, no tiene que ver con Trump sino por lo que ha ido creciendo el peso político y social de los hispanos en este país», celebró pero advirtió: «Somos más de 32 millones de latinos que podemos votar y el hecho de que hayan votado por Trump me irrita».

Feminismo

Para Allende, «el feminismo es una postura filosófica ante la vida y una sublevación contra la autoridad del hombre, una sublevación contra el patriarcado, que es un sistema imperante de opresión política, económica, cultural, social, religiosa que le da dominio y privilegio al género masculino. No a todos porque en ese sistema de opresión no solo están las mujeres oprimidas sino cualquiera que no está en el círculo de poder: las razas, los pobres, los deshabilitados, los perdedores, todos esos forman parte del sistema de los oprimidos. Se trata de liberar eso».

Y en esa lucha por tener «una gerencia del mundo en la que los valores femeninos y masculinos tengan el mismo peso y sean repartidos con los mismos términos», Allende reconoce que no podrá verlo en vida pero entiende es «un eslabón de esa cadena de personas que no son solamente mujeres y siguen luchando para que mis nietas y bisnietas vivan en en un mundo que ya no es un patriarcado. Ese es mi sueño».

Por otro lado, sostuvo que hay «una nueva ola de mujeres que le han dado un nuevo rigor al movimiento feminista» y se refirió a la emergencia de otras formas vinculares y la reivindicación de personas que se asumen por fuera del binarismo.

Allende, que se llevó el título de ser la primera escritora hispanoamericana premiada con la medalla de honor del National Book Award, aseguró que «el feminismo es una revolución y es la más importante que hemos tenido en la historia porque implica la mitad de la humanidad. Y es una revolución de valores, de forma de vida que va mucho más allá del género: es una postura ante la vida».

Y explicó que «como todas las revoluciones tiene culatazos de retrocesos, vamos en zig zag, avanzamos a ciegas, no sabemos para dónde vamos pero hay un propósito, hay una visión, una energía» y en este sentido aclaró que ahora los reclamos no son sólo de género sino por todos los oprimidos: «Todo el mundo está protestando en la calle porque el sistema es cruel, el sistema va privilegiando más y más a un cierto grupo y por eso estoy espantada con las elecciones de Estados Unidos porque es una opción por el privilegio».

En este sentido, aclaró: «El feminismo es algo alegre, es con música, con entusiasmo, camaradería y solidaridad».

Literatura

«La escritura es como un vicio, o una condición genética, una nace con las ganas de contar algo, el amor por la lectura, la escritura. Lo que ha pasado con la escritura es que he podido confrontar demonios, revisar ciertas cosas traumáticas como el golpe militar de Chile o por supuesto Paula (su hija fallecida, que da título a uno de sus libros más conmovedores): esos grandes traumas no los mejoras con la escritura pero los entiendes», reflexionó Allende.

Al igual que lo hace en su nuevo libro, la autora compartió en la rueda de prensa una critica al mercado editorial cuando en pleno boom latinoamericano las escritoras no aparecían «no porque no existieran sino porque no les interesaba», dado que «las mujeres han estado escribiendo siempre y la voces han sido minimizadas y silenciadas».

Y lamentó que cuando «en el mercado editorial se dieron cuenta que había un mercado femenino, entonces ahí empezaron a publicar mujeres», aunque todavía no ganen la misma cantidad de premios ni sean los principales invitados en los eventos internacionales, como soslayó.Y graficó: «Si una vende, como en el caso mío, entonces te dicen que no tienes condición literaria, y estás para satisfacer el mercado».

En «Mujeres de alma mía», una de esas mujeres imprescindibles a las que Allende rinde tributo es a la agente literaria Carmen Balcells porque «si no hubiera sido por ellla que creyó en mí, yo estaría jubilada después de trabajar durante años en un colegio. Ella me dio la oportunidad de publicar y todos sus consejos».

Finalmente, celebró las escrituras jóvenes porque son «parte del movimiento, de los tiempos que vivimos, voces frescas, visionarias. Yo tengo 78 años y no tengo que pasarle mi antorcha a nadie, con mi antorcha voy prendiendo las antorchas de las jóvenes que están hoy día en la calle, escribiendo. A ellas les diría que no se achiquen, hay mucho que hacer. El feminismo necesita mucho ruido así que adelante y con ruido».

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