25 de abril de 2025

¡Hay plata!: El derroche de Martín Menem en el Congreso

El gasto en comida y eventos en el Congreso no debería ser una prioridad, y es hora de que los diputados y el gobierno dejen de lado los lujos innecesarios y se centren en lo que realmente importa: el bienestar de todos los argentinos. Brochettes de frutas, locatellis, fosforitos, hierbas aromáticas de Oriente y un flan gourmet, entre otros, figuran como gastos.

En un contexto donde la austeridad y el compromiso con el ciudadano deberían ser pilares fundamentales de la gestión pública, los últimos informes sobre los gastos en catering por parte de la Cámara de Diputados revelan una situación alarmante y, a todas luces, contradictoria.

En menos de un año, el gobierno de Javier Milei, que prometió romper con los privilegios de «la casta», ha autorizado órdenes de compra por un asombroso total de $448.875.000 en servicios de catering, destinados exclusivamente a los diputados.

Entre los lujosos platos que se han servido en las escasas sesiones parlamentarias, se destacan una variedad que podría asombrar a cualquier comensal: brochettes de frutas, locatellis, fosforitos, hierbas aromáticas de Oriente y un flan gourmet, entre otros.

Este derroche en alimentos no solo resulta incongruente con el discurso de austeridad que llevó a Milei al poder, sino que también plantea serias interrogantes sobre la ética de los gastos públicos en un momento donde muchos argentinos enfrentan serias dificultades económicas.

La gestión libertaria, a pesar de su supuesta intención de eliminar los privilegios de la clase política, parece haber encontrado en el catering un nuevo símbolo de opulencia. La Cámara de Diputados ha continuado emitiendo órdenes de compra bajo el Expediente 2954/2021, que se refiere a un “Servicio de catering para eventos y sesiones” y la concesión del comedor, en un claro intento de mantener un estilo de vida de lujo que está lejos de la realidad que viven muchos ciudadanos.

Mientras el país enfrenta una crisis económica sin precedentes, con millones de argentinos luchando para llegar a fin de mes, este tipo de gastos pintan un cuadro de desconexión alarmante entre los representantes y sus representados. La pregunta que surge es: ¿cómo pueden los diputados justificar tal derroche en un contexto de crisis, cuando la austeridad se prometió como un pilar de la nueva gestión?

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