El PKK inicia un histórico proceso de desarme en Irak, marcando un paso decisivo hacia una Turquía sin terrorismo
En un acontecimiento que podría marcar un punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo en la región, un grupo de militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha depuesto sus armas en una zona rural de Sulaymaniyah, Irak, en una ceremonia supervisada y coordinada con las autoridades regionales y de inteligencia. Este acto simboliza un avance significativo en el proceso que el Gobierno turco denomina «Turquía sin terrorismo».

A las 11:48 de hoy, aproximadamente 30 miembros del PKK, incluyendo cuadros de alto nivel como Bese Hozat, arrojaron sus armas a un caldero que posteriormente fue quemado, en un acto que fue ampliamente documentado y difundido por medios como NTV y Habertürk.
Los militantes, que se autodenominaron «Grupo de Paz y Sociedad Democrática», declararon por escrito que su lucha por la libertad, la democracia y el socialismo se trasladará a partir de ahora a canales políticos y democráticos, basados en la promulgación de leyes de integración democrática.
Este proceso de desarme, que se espera concluya en los próximos meses, se ha llevado a cabo en un contexto de discursos históricos, incluyendo el del presidente Recep Tayyip Erdoğan, quien anunció el pasado sábado 12 de julio un nuevo capítulo en la política turca en favor de la paz y la resolución del conflicto. Además, el líder del PKK, Abdullah Öcalan, encarcelado en İmralı, expresó en un reciente mensaje de vídeo que el movimiento de guerra de liberación nacional ha llegado a su fin, considerando el reconocimiento de la existencia kurda como un logro histórico y un paso hacia la disolución de la organización.
El proceso, que comenzó el 1 de octubre de 2024 con gestos de apertura entre diferentes actores políticos en Turquía, ha contado con la participación activa de diversos sectores, incluyendo el Partido DEM y delegaciones del Parlamento, así como con la aprobación y apoyo del Gobierno Regional del Kurdistán iraquí. Öcalan, quien ha sido una figura central en estas negociaciones, ha llamado a la disolución del PKK y a la continuación del proceso en un marco democrático y pacífico.
Este avance llega tras años de intentos de negociación y de un pasado conflictivo que dejó cerca de 15.000 víctimas mortales en casi cuatro décadas de lucha armada. El PKK, considerado organización terrorista por múltiples países y la Unión Europea, había suspendido en marzo pasado su actividad armada tras un alto el fuego condicionado a la apertura de canales de comunicación con Öcalan y a la celebración de un congreso de disolución, que se llevó a cabo en mayo.
El proceso actual llega en un momento clave, tras el reconocimiento por parte de las autoridades turcas de la necesidad de una solución política y la voluntad de avanzar hacia una paz duradera en una región marcada por décadas de conflicto. Aunque el camino hacia una resolución completa aún requiere de esfuerzos y garantías, la deposición de armas de hoy representa un paso histórico en esa dirección, con la esperanza de que marque el inicio de una nueva era de diálogo y convivencia en la región kurda y más allá.