El aborto: De la imposición de la ley a la persuasión que ayuda a dar un paso de vida
Abortar deja marcas para siempre y eso es sabido por todos. Que las posibilidades de abortar estén enmarcada en una ley que pone a consideración de las mujeres todo un bagaje de opciones para hacerlo, basada en consideraciones que exhiben las libertades individuales como bandera, pero que omiten otras cuestiones como el ejercicio de la maternidad o los derechos del padre, termina siendo una imposición. El profesor Andrés Martínez, propone reemplazar esa imposición solapada como única salida ante un aborto, por una cuidada persuasión con base bíblica, cuyo único objetivo es brindar información saludable y acompañamiento genuino a la mujer antes de dar ese paso de vida.
Hacia fines de 2020 y sumidos en una profunda crisis sanitaria como consecuencia de la Pandemia, Argentina Legalizó el aborto. La aplicación de la normativa 27.610 tiene por finalidad, regular el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo y a la atención postaborto, en cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado argentino en materia de salud pública y Derechos Humanos de las mujeres y de personas con otras identidades de género con capacidad de gestar, a fin de contribuir a la reducción de la morbilidad y mortalidad prevenible.
La ley se enmarca en el artículo 75, inciso 22 de la Constitución Nacional (artículo 3), en especial en los tratados con jerarquía constitucional y en virtud de los cuales reconocen los derechos sexuales y reproductivos, la dignidad a la vida, la autonomía, la salud, la educación, la integridad, la diversidad corporal, la identidad de género, la diversidad étnico-cultural, la privacidad, la libertad de creencias y pensamientos, el derecho a la información, a gozar de los beneficios de los avances científicos, la igualdad real de oportunidades, la no discriminación y a una vida libre de violencias.
Además, se establece el derecho a decidir la interrupción del embarazo de conformidad con la ley; a requerir y acceder a la atención de la interrupción del embarazo en los servicios del sistema de salud pública; a requerir y recibir atención postaborto en los servicios del sistema de salud y a prevenir los embarazos no intencionales.
¿Qué es lo que cambia a partir de esta ley, según el Estado Nacional?
La ley sustituye el sistema de causales establecido en el Código Penal desde 1921 por un sistema mixto de plazos y causales (artículo 4). De esta manera, reconoce el derecho de las mujeres y personas con otras identidades de género personas gestantes a interrumpir su embarazo hasta la semana catorce (14), inclusive, del proceso gestacional. Fuera de este plazo, la persona gestante tiene derecho a acceder a la interrupción voluntaria del embarazo solo si el mismo fuera resultado de una violación o si estuviera en peligro la vida o la salud de la persona gestante, tal como estaba ya previsto en la legislación. Es decir, se mantienen las causales establecidas en el Código Penal y los lineamientos del fallo “F.A.L s/medida autosatisfactiva” de la CSJN.
Esta norma regula los procedimientos que deben seguir los establecimientos de salud ante la solicitud de interrupción voluntaria del embarazo. Así, ante el requerimiento de la persona gestante y conforme a la Ley N° 25.673 de Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, se le deberá brindar: información sobre los procedimientos y los cuidados posteriores, atención de su salud a lo largo de todo el proceso e información sobre los distintos métodos anticonceptivos disponibles.
Pero, ¿Cómo se la está aplicando?
La estrategia de implementación de la ley sigue siendo la imposición. Es decir se obliga a cumplir, soportar o aceptarla como el remedio curativo y definitivo a los “males” de la mujer que decide abortar. La imposición es un hostigamiento que mantiene como rehén a la mujer, sin mostrarle alternativas que respeten a la persona que está en gestación y al derecho del padre de cumplir con su rol paterno. Y tal vez, esto se explica por el impulso que le dieron a la ley, los movimientos feministas y pro-aborto.
Precisamente, muchas personas se basan en argumentos inverosímiles que ubican a la mujer en la posición de víctima y suprimen la figura del varón a la rotulación de machismo y futura opresión de los cuerpos. Entre los postulados de los movimientos feministas, se encuentra la libertad de los cuerpos de decidir por el propio sin importar el grado de criminalidad que sufra el niño por nacer. En definitiva, la garantía de esta ley no es más que una imposición a la destrucción de la dignidad de toda mujer que desea desde niña, ser madre.
Entonces, ¿Cómo acompañar a la mujer embarazada a decir No al aborto?
Ante un aborto, veo conveniente cambiar imposición por persuasión, como una alternativa a lo que parece ser una cuestión que no admite otra solución que abortar. Porque a la luz de la ley, decanta en una utopía decir “No” al aborto cuando las “garantías legales” están disponibles para quien lo deseé, cuándo lo desee y sin burocracia de por medio.
La persuasión, no tiene el carácter extorsivo de la imposición, porque es la capacidad o habilidad para convencer a una persona mediante razones o argumentos, poniendo en primer plano a la persona, a quien le otorga la posibilidad de pensar y decidir correctamente. Por tanto, si podemos persuadir a una mujer para que no decida por un aborto, la clave estaría puesta en un acompañamiento coherente y digno que redundará beneficiosamente en su proceso de gestación.
Ahora bien, ¿Cómo podríamos persuadir a una mujer que no ve otra salida que abortar? A continuación, algunas sugerencias con una fuerte impronta bíblica:
Evitar el rechazo hacia la mujer gestante: la mujer que ha quedado embarazada voluntaria o involuntariamente, necesita un acompañamiento que la encause y prepare para la maternidad. Muchas se encuentran confundidas y solas. Para eso hay un remedio indispensable que el doctor Lucas nos indica, él dijo: “En efecto, el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido” (Lc. 19:10)
Estimularlas a continuar con el embarazo, dándoles a conocer alternativas que serán saludables para la madre y el bebé: toda mujer tiene el derecho a ser madre y saber cuáles son las opciones y garantías que puede optar para ejercer su maternidad con plenitud y responsabilidad. Siempre habrá una casa para ese niño por nacer y esto lo ratifica un pasaje Sagrado diciendo: “Mis padres podrán abandonarme, pero tú me adoptarás como hijo” (Sal 27:10)
Hacerle saber del valor de la vida y el derecho que todos tienen de gozarla: en ocasiones, las leyes humanas presentan legislaciones que en vez de traer libertad a la humanidad, terminan siendo cánones que esclavizan la libertad individual. Lo cierto es que toda mujer debe saberse capacitada para continuar con su embarazo valorando su dignidad y la del niño por nacer. Un profeta, Isaías, dijo: “así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Is. 55:11)
Aclararles dudas biológicas y sus posteriores consecuencias: la madre tiene el derecho a estar correctamente informada en cuanto a la evolución del embrión que porta. Se le debe dejar en claro que la concepción se inicia a partir de la unión del óvulo con el espermatozoide. Si es propicio, se le debe mostrar fotos o videos que le ayuden a valorar lo que tiene dentro de ella. No menos importante, es evidenciarle claramente las consecuencias de un aborto indicándoles las cicatrices psicológicas y biológicas que puede sufrir, al margen de que el aborto esté legalizado. El sabio Salomón se expresó al respecto, diciendo: “Rescata a los que van rumbo a la muerte; detén a los que a tumbos avanzan al suplicio” (Pr 24:11)
Por sobre su deseo de impedir la criminalidad de un aborto, al final del camino, respete la decisión final de la madre. Una vez mostrado el camino seguro y saludable, descanse y hágale saber que toda decisión tiene consecuencias pero la elección de continuar o terminar con el embarazo, es una cuestión personal de la madre y del futuro que ella aspira conseguir. Es importante dejar en claro que, “los que no obedecen la ley Divina se declaran a favor de los perversos; los que cumplen la ley del Señor se colocan en contra de ellos” (Pr 28:4) Nunca olvide, en las palabras del Dr. John Willke, que es más fácil sacar el hijo del seno de su madre que de su pensamiento.