Cristina Kirchner atribuye la derrota de Fuerza Patria al “miedo” y advierte sobre una ofensiva para “romper al peronismo”
La presidenta del Partido Justicialista sostuvo que “al viejo antiperonismo se le sumó otro factor: el miedo”, y planteó que parte del electorado votó al oficialismo de Javier Milei para evitar una eventual crisis política.

Tras la derrota de Fuerza Patria en las elecciones legislativas del 26 de octubre, Cristina Fernández de Kirchner difundió un extenso texto en el que analizó los factores políticos y económicos que, según su visión, explican el resultado electoral.
La expresidenta buscó enmarcar la derrota dentro de la historia electoral argentina, recordando que desde el retorno de la democracia solo Fernando de la Rúa y Alberto Fernández perdieron sus primeras elecciones legislativas. Sin embargo, advirtió que “ganar la elección intermedia no garantiza el triunfo presidencial”, citando el caso de Mauricio Macri.
En su evaluación interna, la exmandataria apuntó a la estrategia del gobernador bonaerense al decidir el desdoblamiento de los comicios provinciales, al que calificó como “un error político”. Señaló que la diferencia de casi 14 puntos entre la elección bonaerense del 7 de diciembre y las legislativas nacionales terminó funcionando como “una especie de balotaje” que reagrupó el voto antiperonista.
En su análisis, Kirchner sumó un componente geopolítico: vinculó el contexto económico y cambiario previo a los comicios con declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien —según afirmó— habría condicionado la asistencia financiera de su país al resultado electoral argentino.
“Con la amenaza de que todo iba a explotar lograron una sobre-estimulación emocional en una parte del electorado”, escribió, atribuyendo la tensión cambiaria y la suba del riesgo país a una operación política y mediática.
La ex presidenta también retomó ideas expresadas en documentos previos, donde describió a la Argentina como una economía “bi-monetaria y endeudada como nunca”, y advirtió sobre la influencia del Tesoro estadounidense en el sistema financiero local. En ese marco, reivindicó su gestión al recordar que en 2015 el país estaba “desendeudado y sin deberle un dólar al FMI”.
Hacia el final de su texto, Kirchner planteó que la derrota electoral no implica el final del proyecto político peronista, pero sí un escenario de confrontación más profundo. Aseguró que existe “una fuerte ofensiva para romper el peronismo y el campo nacional y popular”, y denunció que la dirigencia política y sindical vive “en libertad condicional”.
Por último, reafirmó su apuesta por la unidad del movimiento, pero advirtió que debe estar acompañada de “cohesión y claridad estratégica y programática”. Con ese mensaje, Cristina Kirchner intentó proyectar el futuro del peronismo en un contexto adverso, donde la autocrítica convive con una lectura de conflicto estructural entre el poder político, los intereses económicos y la soberanía nacional.
