Crisis en la industria argentina: el empleo está en su menor nivel desde 2022 y cerraron casi 2 mil empresas del rubro
El último informe del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (CEU-UIA) no solo confirma una caída del 1,1% interanual en el empleo industrial, sino que revela una destrucción de 43.970 puestos de trabajo desde agosto de 2023. El análisis crítico debe centrarse en la velocidad de esta retracción.

La industria argentina atraviesa una acelerada contracción laboral y empresarial. En julio de 2025, el empleo manufacturero alcanzó su nivel más bajo desde 2022, mientras que la pérdida de 1.937 empresas del rubro desde diciembre de 2023 evidencia un deterioro que trasciende la coyuntura y amenaza la base productiva del País.
La pérdida de 3.294 empleos en un solo mes (julio de 2025) y un promedio de 1.600 empleos industriales perdidos por mes durante el segundo trimestre de 2025 señalan que la política económica actual actúa como un acelerador de la crisis sectorial, superando la menor producción y sumando la incertidumbre macroeconómica como factor determinante.
El costo del ajuste y el cierre de firmas
El dato más contundente es la desaparición de casi 2.000 empresas industriales desde el inicio de la gestión del Presidente Javier Milei. Esta reducción del 3,9% en el número de beneficios industriales desde diciembre de 2023 es un indicador directo del fracaso en sostener la estructura productiva.
La pérdida de 983 firmas solo en el último año desmantela el tejido empresarial y reduce la capacidad futura de recuperación del empleo, dado que las empresas cerradas no se reabren fácilmente.
El informe subraya que la crisis actual no es solo cíclica, sino que refuerza una debilidad estructural a largo plazo. Comparado con el pico de 2013, la industria hoy cuenta con 111.385 trabajadores menos.
La incapacidad de la industria para recuperar el nivel de empleo de hace una década, incluso en períodos de crecimiento, demuestra que el actual modelo de ajuste no solo no revierte la tendencia, sino que la profundidad, socavando cualquier posibilidad de desarrollo productivo genuino.
La metalmecánica, antes motor de recuperación, ya muestra un enfriamiento significativo, empleando un 5,3% menos que en 2023. La crítica se dirige a la ausencia de políticas que prioricen la competitividad real de las ramas manufactureras y la estabilidad macroeconómica necesaria para la inversión y el sostenimiento del empleo de calidad.
