5 de octubre de 2025

Campeón y nada más ante 120 mil almas ausentes en un Maracaná carente de «jogo bonito»

¿Se puede ser campeón de esa manera? Claro que si. En un partido chato y sin situaciones de gol, Breno Lopes convirtió un gol, el más importante de su carrera y le dio el triunfo a Palmeiras a los 98 minutos del partido frente a Santos en la final de la Copa Libertadores.

¿Campeón devaluado? Puede ser, pero campeón al fin. Palmeiras convirtió el gol, ganó el partido y alzó la copa en el Maracaná de Río de Janeiro, estadio elegido para la gran final, frente al otro equipo brasileño, como hace 32 años.

¿La final única fue atrapante? Ni en los peores sueños. Un encuentro vacío, mal jugado, nada de “jogo bonito”, chato, predecible, sin argumentos para el ataque, sin sobresaltos en las defensas y con 120 mil almas ausentes, como la ausencia de fútbol en dos equipos anodinos.

¿Palmeiras fue el mejor equipo de la competencia? Ni por asomo. Más aún si se piensa en los equipos argentinos, River Plate y Boca Juniors que alcanzaron las semifinales y que fueron derrotados por quienes disputaron ayer el trofeo y que durante el torneo mostraron una regularidad que los hacía merecedores de la final.

Pero como en el fútbol no se puede hablar de merecimientos sin herir susceptibilidades, Palmeiras Campeón y nada más.

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