18 de abril de 2024

Celebran la Copa de Palmeiras, sin barbijos ni distancia social, en un Brasil arrasado por el Covid-19

No hubo barbijos ni distancia social. Hubo mucho abrazo y mucho festejo. Hubo gente en las calles y el alcohol fue el común denominador. ¿Se justifica tanta exposición al Coronavirus en un país colapsado sanitariamente?

Así celebraron en la noche del sábado pese a las restricciones por las medidas impuestas a raíz de la pandemia por el Covid-19, los hinchas del Palmeiras la obtención de la Copa Libertadores, tras ganarle 1-0 al Santos en la final brasileña de la cita continental.

Nadie se acordó que el mundo entero atraviesa por una Pandemia y la euforia por el triunfo fue más fuerte que la prevención, que los cuidados de la salud e incluso que la vida, a tal punto que los simpatizantes olvidaron que su país es uno de los epicentro mundiales donde el coronavirus colapsó el sistema sanitario, por inacción y desidia de sus gobernantes, que privilegiaron las ganancias económicas de los sectores concentrados por encima del bienestar general de la población.

Las calles de San Pablo se vieron desbordadas por miles de personas que literalmente ignoraron las medidas de seguridad y a los fanáticos no se embarcaron en un sin control de ingesta alcohólica aún después de los cierres de los bares donde se pudo ver el partido en pantalla gigante.

https://www.youtube.com/watch?v=lwQfsAu1i5k

El mítico Maracaná fue el estadio que albergó la final de la Copa Libertadores que disputaron Santos y Palmeiras, y el equipo que había accedido a esta instancia luego de vencer en las semis a River Plate se llevó el trofeo luego de un horripilante partido en el que todo fue material para el olvido.

Un gol en tiempo de descuento le dio el triunfo y la copa, pero ese triunfo puede ser la agonía de miles de personas debido al descontrol en los festejos y el descontrol que vive Brasil por estos días que no logran congeniarse con la pandemia por falta de decisiones políticas.

Manaos espera cien muertos diarios porque no hay oxígeno en los hospitales, y eso es sólo una pequeña muestra de la crisis sanitaria brasileña y ahora, la irresponsabilidad en este tipo de celebraciones, que se justifican desde el punto de vista de la pasión, pero que nuevamente cargan las tintas sobre Jair Bolsonaro y sus colaboradores que dejaron avanzar la enfermedad y que saben que en lo sucesivo los muertos se contarán por miles.

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