20 de noviembre de 2025

Trump habilitó la difusión parcial de los archivos Epstein: un giro que expone riesgos legales

El movimiento de Trump, presentado como un gesto de transparencia, abre un escenario político incierto: la divulgación parcial promete más tensiones entre el Ejecutivo, el Congreso y el Departamento de Justicia, mientras el caso Epstein sigue siendo un punto sensible capaz de afectar a múltiples actores del sistema político estadounidense.

El presidente Donald Trump dio un vuelco político al aprobar una ley que obliga al Departamento de Justicia de Estados Unidos a divulgar, en un máximo de treinta días, sus archivos sobre Jeffrey Epstein.

La decisión rompe con meses de resistencia y responde a una presión creciente dentro y fuera de su propio partido, en un contexto donde la transparencia sobre la red de tráfico sexual es reclamada como un imperativo público.

Sin embargo, el alcance real de la divulgación es limitado. La normativa aprobada contempla excepciones amplias que permitirán retener información vinculada a investigaciones federales activas, material que identifique a víctimas o contenido previamente sellado por los tribunales. El Departamento de Justicia ya había señalado que buena parte de los archivos originales incluye imágenes y videos de abuso sexual infantil, lo que anticipa que la publicación será fragmentada.

Trump intenta capitalizar la medida adjudicándose la iniciativa y presentándola como un golpe contra los demócratas, a quienes acusa de usar el caso Epstein para dañar su figura. No obstante, la larga relación del mandatario con el financista —admitida por él mismo durante años— mantiene vivo el interrogante sobre el costo político que implicará la difusión de documentos, incluso de forma parcial.

La coyuntura se complejiza por el papel de la fiscal general Pam Bondi. Responsible en su momento de retener la mayoría de los archivos, Bondi ahora promete transparencia, aunque abrió una nueva investigación contra figuras demócratas mencionadas en correos relacionados con Epstein. Esa pesquisa podría servir, de acuerdo con la propia ley firmada por Trump, como argumento legal para conservar bajo reserva parte del material alegando la existencia de un proceso activo.

Mientras tanto, el presidente utiliza su red social para atribuir a los demócratas vínculos más estrechos con Epstein y enumerar casos puntuales, desde los viajes de Bill Clinton hasta gestiones de recaudación vinculadas a legisladores. En paralelo, insiste en que la polémica funciona como una distracción frente a lo que califica como logros de su administración, desde políticas fiscales hasta medidas sobre inmigración y cuestiones de género.

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