Triple femicidio en Florencio Varela: hallan el auto de Sotacuro y crece la trama narco detrás del crimen
Mientras avanza la causa judicial, la sociedad asiste a un espejo brutal de las fallas estructurales en seguridad, justicia y políticas de género.

La investigación por el triple femicidio de Morena, Brenda y Lara en Florencio Varela sumó un nuevo capítulo con el hallazgo de la Chevrolet blanca que habría sido utilizada durante el secuestro.
El vehículo, vinculado a Lázaro Víctor Sotacuro —detenido en Bolivia tras fugarse—, fue encontrado en Quilmes y refuerza la hipótesis de que el crimen estuvo sostenido por una logística planificada y vinculada al narcotráfico.
El hallazgo no es un dato aislado: en el auto viajaba también Florencia Ibáñez, sobrina de Sotacuro y séptima detenida en la causa, quien se incriminó de manera insólita al dar una entrevista televisiva. Allí admitió haber estado con su tío la noche del crimen, en las inmediaciones de la casa donde fueron asesinadas las jóvenes. Su relato, lejos de desligarla, la colocó en el centro de la trama de apoyo al operativo.
La fiscalía apunta a que Sotacuro fue quien condujo el vehículo de apoyo que seguía a la camioneta en la que trasladaron a las víctimas. Cámaras de seguridad lo registraron en la zona, acompañado por Ibáñez. Su fuga y captura en Bolivia confirman la dimensión transnacional del caso, que ya suma siete detenidos y se investiga bajo la carátula de homicidios agravados por femicidio y narcotráfico.
El caso refleja un patrón inquietante: la violencia de género, en su expresión más extrema, no aparece aislada sino entrelazada con economías criminales que operan en los barrios del conurbano bonaerense. El triple femicidio no solo evidencia la brutalidad de un grupo delictivo, sino también la precariedad de los mecanismos de protección del Estado frente a jóvenes atrapadas en contextos atravesados por la violencia narco.