12 de julio de 2025

Tras el revés en el Senado, Francos busca contener el conflicto con los gobernadores

En declaraciones realizadas este viernes, Francos intentó bajar la tensión y afirmó que «no está todo roto» en la relación con los mandatarios provinciales, pese al malestar evidente en Casa Rosada.

Luego del duro revés que sufrió el oficialismo en el Senado, donde se aprobaron una serie de leyes impulsadas por la oposición y consideradas como una amenaza al equilibrio fiscal por parte del Gobierno, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, salió públicamente a moderar el tono del conflicto con los gobernadores.

El presidente Javier Milei, por su parte, ya anunció que vetará las iniciativas sancionadas en la Cámara alta, lo que anticipa una nueva escalada institucional. Las leyes en cuestión incluyen medidas con fuerte impacto social, como mejoras en haberes jubilatorios y recursos para provincias afectadas por emergencias, que fueron respaldadas por sectores del peronismo, bloques federales y algunos aliados circunstanciales.

Francos, en tanto, no solo cuestionó el contenido de las normas, sino también la forma en que se desarrolló la sesión. Calificó de “irregular” el procedimiento, al sostener que “las sesiones las convoca la presidenta del Senado, con un temario”, y que en este caso “los senadores se autoconvocaron” aprovechando un día de sesiones ordinarias para “votar el orden del día en la misma sesión”.

Según el funcionario, esto formó parte de “una maniobra del kirchnerismo que pretende desestabilizar al Gobierno”, en referencia al rol central que habría jugado Unión por la Patria para impulsar la votación. “Pretenden impactar en el equilibrio fiscal, pero no lo van a conseguir”, advirtió.

La estrategia del Gobierno ahora parece enfocarse en dos frentes: por un lado, contener a los gobernadores con señales políticas que eviten una ruptura total; por otro, reforzar el discurso de que las medidas aprobadas por el Senado constituyen una amenaza al programa económico y son parte de una operación política.

La reacción del oficialismo revela no solo el malestar ante la pérdida de control parlamentario, sino también la preocupación por los límites que podría encontrar en su intento de avanzar con una agenda de ajuste sin contemplaciones. En ese marco, los vetos presidenciales se perfilan como una herramienta central, pero también riesgosa, frente a un Congreso cada vez más activo y dispuesto a marcarle límites.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *