Tini «deposito»: Comenzó la preventa para el festival «Futttura» auspiciada por el Banco Nación
El festival «Futttura» se presenta, por lo tanto, no solo como un evento musical, sino como un microcosmos de las tensiones políticas actuales. La participación del Banco Nación y el enfoque en una figura emblemática como Tini Stoessel abre la puerta a un debate sobre el papel del arte en la política, la legitimidad del apoyo del Estado y la necesidad de un enfoque más equitativo hacia todos los artistas, independientemente de su alineación política o popularidad.

El anuncio de la preventa del festival «Futttura», protagonizado por la popular cantante Tini Stoessel y auspiciado por el Banco Nación y Mercado Libre, ha desatado una ola de críticas y controversias en el escenario político argentino.
El evento, programado para el 24 de octubre en Tecnópolis, no solo promete ser un espectáculo de gran envergadura, sino que también ha puesto en el centro del debate la relación del gobierno con los artistas y la percepción de quienes se benefician de fondos públicos.
La preventa exclusiva para clientes del Banco Nación, que ofrece un 15% de descuento y la opción de pagar en seis cuotas sin interés, ha sido vista por algunos como un intento del gobierno por acercarse a los jóvenes, un sector clave en la construcción de su imagen pública.
Sin embargo, este apoyo a Tini contrasta notablemente con las críticas que el mismo gobierno ha dirigido hacia otras artistas argentinas, como Lali Espósito y María Becerra.
El diputado del PRO, visiblemente molesto, señaló: «Criticaron a Lali y María Becerra y se ponen a financiar un recital de Tini en Tecnópolis, es imposible así». Esta declaración refleja la frustración de algunos sectores que ven en la financiación del evento una clara «doble vara» del gobierno, que parece favorecer a ciertos artistas mientras denigra a otros.
Esta percepción se vuelve más compleja si se considera que Javier Milei, figura relevante en la política actual, ha hecho comentarios despectivos hacia Lali y Becerra, tildándolas de «empleadas públicas» por depender de fondos estatales para sus actividades artísticas.
Milei, conocido por su retórica provocativa, ha argumentado que los artistas que requieren apoyo gubernamental para sostener sus carreras pierden su autonomía y se convierten en instrumentos de propaganda política.
Esta crítica, aunque puede tener un fondo válido, plantea la cuestión de la equidad en el trato que reciben los diferentes artistas en la escena musical argentina. ¿Por qué Tini, con un respaldo institucional considerable, es vista como una figura positiva mientras que otras, como Lali y Becerra, son descalificadas y atacadas?
La situación se complica aún más si consideramos que el apoyo a Tini puede ser interpretado como un intento de capitalizar su popularidad y su influencia sobre un público joven, en un contexto donde el gobierno busca recuperar terreno perdido en las encuestas. Sin embargo, esta estrategia puede resultar contraproducente si se percibe como un acto de hipocresía, perjudicando aún más la credibilidad del gobierno ante sus críticos.