31 de octubre de 2025

Tensión y protestas marcan la asunción de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela

La ceremonia de toma de posesión, programada para este fin de semana, se llevará a cabo bajo estrictas medidas de seguridad y en un contexto de manifestaciones en diversos puntos del país.

En medio de un clima de intensa tensión social y protestas, Nicolás Maduro se prepara para asumir un nuevo mandato presidencial que lo mantendrá en el poder durante los próximos seis años.

La situación en Venezuela se ha deteriorado, con reportes de violencia, secuestros y desapariciones en las calles, lo que ha generado un ambiente de gran incertidumbre. En este contexto, el líder opositor Edmundo González Urrutia, actualmente exiliado en España, ha expresado su intención de regresar al país para asumir como presidente, lo que añade un nuevo elemento de tensión al escenario político.

La oposición venezolana está conmocionada tras la reciente detención y posterior liberación de María Corina Machado, una de sus figuras más prominentes. En un mensaje en las redes sociales, Machado instó a la comunidad internacional a posicionarse frente a la crisis: “¡Llegó la hora de la definición! La prueba de fuego para Maduro y para los gobiernos democráticos del mundo. Tienen que decidir de qué lado están, del lado de la tiranía y la violencia, o del lado de la democracia, la Constitución y el pueblo de Venezuela”.

La legitimidad de Maduro ha sido cuestionada internacionalmente, ya que nunca presentó las actas que certifiquen su victoria en las elecciones del 28 de julio, lo que alimentó acusaciones de fraude. En respuesta a esta situación, González Urrutia planea ingresar a Venezuela desde Colombia, aunque el gobierno ha cerrado las fronteras con ese país para impedir su acceso.

Hasta el momento, nueve naciones –incluyendo Argentina, Estados Unidos y Perú– han reconocido a González Urrutia como el legítimo presidente de Venezuela. En contraposición, el oficialismo, liderado por Diosdado Cabello, ha intensificado su retórica, calificando a los opositores de “fascistas” y “terroristas”.

Maduro, por su parte, ha prometido mantener el control y la paz en el país, sugiriendo la posible militarización de las calles ante cualquier intento de desestabilización. Al parecer, la ceremonia de asunción se desarrollará con notables ausencias, ya que sus aliados tradicionales, como Gustavo Petro de Colombia y Lula Da Silva de Brasil, han decidido no participar. Se espera que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, envíe un representante oficial, mientras que la presencia de los líderes de Cuba y Nicaragua aún está en duda.

Adicionalmente, se ha confirmado que no habrá embajadores de la Unión Europea en Caracas durante la ceremonia, lo que subraya el aislamiento internacional de Maduro en un momento crucial de su mandato. La situación en Venezuela sigue siendo crítica, y la comunidad internacional observa de cerca los acontecimientos que se desarrollan en el país sudamericano.

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