Tensión judicial: Giménez Uriburu queda a cargo del futuro de Cristina Kirchner en la causa Vialidad tras la licencia de Gorini
En una semana decisiva para la situación judicial de Cristina Fernández de Kirchner, el juez Jorge Gorini, presidente del Tribunal Oral Federal N.º 2 (TOF 2), solicitó una licencia que lo apartará temporalmente de su cargo.

Su lugar será ocupado por el juez Rodrigo Giménez Uriburu, un magistrado con fuertes cuestionamientos por su cercanía con el expresidente Mauricio Macri, tras conocerse que participaba en partidos de fútbol en la quinta Los Abrojos, propiedad del exmandatario.
La licencia de Gorini se da justo cuando vencen los plazos legales para la ejecución de la pena en la causa Vialidad, por la que la expresidenta fue condenada en diciembre de 2022 a seis años de prisión por administración fraudulenta. El tribunal había otorgado cinco días hábiles para que los condenados se presentaran en Comodoro Py, y ese plazo expira este jueves.
Con la salida temporal de Gorini, será Giménez Uriburu quien asuma un rol central en las definiciones clave que se esperan para los próximos días. Entre ellas, se encuentra el pedido de prisión domiciliaria presentado por el abogado de Fernández de Kirchner, Carlos Beraldi. La solicitud incluye la posibilidad de que la exmandataria cumpla la pena en su domicilio del barrio porteño de Monserrat, sin tobillera electrónica, y bajo custodia del mismo equipo policial que la acompaña actualmente, liderado por el comisario Diego Carbone.
La decisión final será tomada por Giménez Uriburu junto al juez Andrés Basso, tras el dictamen que deberá emitir el fiscal general Diego Luciani, quien también fue señalado por su participación en los partidos de fútbol en la residencia de Macri.
Durante el proceso judicial, la defensa de Kirchner denunció a Giménez Uriburu por falta de imparcialidad, citando sus vínculos personales con actores políticos del oficialismo de entonces. El juez también fue víctima de actos de intimidación, como el robo de sus declaraciones juradas y la vigilancia de su domicilio por autos con patentes falsas, episodios que aún no fueron completamente esclarecidos.
El escenario plantea interrogantes sobre la transparencia y la equidad del proceso judicial. El reemplazo de Gorini se produce en el momento más sensible para la exmandataria desde que se dictó su condena, y vuelve a poner el foco sobre el funcionamiento del Poder Judicial y sus relaciones con el poder político. Mientras tanto, la decisión sobre la prisión domiciliaria podría marcar un punto de inflexión no solo en la situación de Fernández de Kirchner, sino también en el clima institucional del país.