Sospechas de espionaje sacuden a Alpine tras un misterioso ingreso a su fábrica en Francia
El hecho, ocurrido el lunes por la noche, alimentó sospechas de espionaje industrial en un contexto deportivo y técnico especialmente delicado para el equipo.

Un grave episodio de seguridad encendió las alarmas en la escudería de Fórmula 1 Alpine, luego de que dos personas desconocidas ingresaran sin autorización a su planta de Viry-Châtillon, en las afueras de París.
Según informó el diario francés Le Parisien, los intrusos rompieron una ventana del hall de entrada y accedieron al edificio, pero su comportamiento resultó inusual: no robaron objetos ni causaron daños materiales, sino que se dirigieron directamente a las oficinas de dirección, donde se maneja información estratégica sobre los proyectos del equipo.
El episodio habría durado apenas cinco minutos, pero fue suficiente para desatar un escándalo interno que ya involucra a las autoridades policiales y judiciales.
La División de Delitos Territoriales (DCT) asumió la investigación y los peritos forenses trabajan en el lugar para determinar el objetivo del ingreso. Hasta el momento no hay detenidos, y los investigadores no descartan ninguna hipótesis, incluyendo la posibilidad de un espionaje vinculado al desarrollo tecnológico del futuro monoplaza.
El hecho ocurre en un momento de fuertes turbulencias para Alpine. El equipo atraviesa una temporada decepcionante, marcada por resultados discretos y tensiones internas, a pesar del reciente punto conseguido por Pierre Gasly en el Gran Premio de Brasil. Además, la escudería suspendió el avance en su actual coche para concentrarse en un nuevo motor Mercedes, con el que buscará dejar atrás los problemas de rendimiento del motor Renault.
Aunque Alpine no ha emitido declaraciones oficiales, el incidente impacta de lleno en la confianza y la seguridad del equipo, justo cuando intenta reestructurar su rumbo técnico y competitivo. En un deporte donde la información confidencial puede definir el éxito o el fracaso, este episodio reaviva las viejas sombras del espionaje que históricamente han sacudido a la Fórmula 1.
