Senadora australiana vestida con burka provoca polémica y es expulsada del Senado
El Parlamento australiano vivió un episodio inédito cuando la senadora de extrema derecha Pauline Hanson fue expulsada de la cámara tras aparecer vestida con un burka, en una maniobra que generó una fuerte conmoción y obligó a suspender la sesión por más de una hora.

Hanson, líder del partido antiinmigración One Nation, llevó a cabo esta acción inmediatamente después de que su solicitud para presentar un proyecto de ley que buscaba prohibir el uso del burka y otras prendas que cubren el rostro en espacios públicos fuera rechazada por el Senado.
Tras la negativa, la senadora abandonó brevemente la sala y regresó minutos después completamente cubierta con un atuendo negro que le ocultaba el rostro, interrumpiendo la sesión parlamentaria con esta provocativa demostración.
A pesar de las solicitudes de la presidencia para que se quitara el burka, Hanson se negó a hacerlo, lo que llevó a una condena generalizada en el espectro político. La líder del Partido Laborista, Penny Wong, calificó la actitud de Hanson como “indigna de un miembro del Senado australiano”. La vicepresidenta de la oposición, Ann Ruston, también criticó duramente el incidente, señalando que “no es la forma adecuada de dirigirse a esta Cámara”.
Debido a la resistencia de Hanson, la sesión fue suspendida y, al día siguiente, el Senado votó una censura formal que resultó en su suspensión por siete días, una de las sanciones más severas impuestas a un legislador en décadas. La suspensión la mantendrá fuera del Parlamento durante el resto del período de sesiones de este año.
El acto generó fuertes reacciones y acusaciones de racismo y islamofobia por parte de varios parlamentarios musulmanes. La senadora de los Verdes, Mehran Faruqui, declaró que Hanson actuó de manera “descaradamente discriminatoria” y calificó su conducta como “una expresión racista”. Por su parte, Fatima Payman, senadora independiente musulmana que usa hiyab, consideró que la acción de Hanson fue “una afrenta a la religión y a los musulmanes australianos” y la definió como un acto “vergonzoso”. La moción de censura aprobada en el Senado puntualizó que las acciones de Hanson pretendían “vilipendiar y burlarse de las personas por motivos de su religión”.
Este incidente remite a una campaña que Hanson ya había llevado a cabo en 2017, cuando utilizó el burka en la Cámara para promover una propuesta de prohibición nacional, lo que le valió duras críticas, incluido el rechazo del entonces senador conservador George Brandis, quien calificó la acción como “atroz”.
Durante una rueda de prensa, Hanson justificó su conducta argumentando que el burka representa una “cuestión de seguridad nacional”. Sin embargo, cuando se le solicitó evidencia concreta que respaldara su afirmación, Hanson no pudo ofrecer datos ni pruebas, sugiriendo en cambio que se comunicaran con la Organización Australiana de Inteligencia sobre Seguridad (ASIO).
El enviado especial contra la islamofobia en Australia, Iftan Malik, advirtió que estas exhibiciones “agravan los riesgos de seguridad existentes” y que prohibir el uso del burka podría estigmatizar aún más a las mujeres musulmanas, incrementando el riesgo de acoso y ataques contra ellas.
Tras su suspensión, Hanson compartió en redes sociales una foto en la que defendió su postura: “Si el Parlamento no lo prohíbe, me pondré este tocado opresivo, extremista y no religioso que pone en peligro nuestra seguridad nacional… Si no quieren que lo lleve, que prohíban el burka”. La controversia evidencia el creciente apoyo en ciertos sectores a la retórica antiinmigratoria y antiislámica del partido One Nation, que actualmente cuenta con cuatro senadores en la Cámara Alta.
