Se viene el Superclásico y en la previa, de a poco, el país empieza a detener su marcha
No es una final de Copa Libertadores. Tampoco es un partido que definirá quien se irá al descenso. Es un Superclásico y se juega a pedir de los hinchas. A las 19, River y Boca se verán las caras en un remozado Monumental que de seguro lucirá a pleno.

Por la Séptima fecha de la Copa de la Liga los dos más grandes y poderosos del fútbol argentino colisionarán con distintas realidades y con diferentes fuerzas, en un partido que de seguro marcará, para bien o para mal, el futuro del campeonato.
El partido será dirigido por Darío Herrera -arbitro de aquel recordado clásico del gas pimienta- por la Libertadores de 2015. Se jugará sin VAR -como se recordará estaba previsto el aterrizaje de la tecnología al futbol local para la 4ta. Fecha, lo cual no sucedió y todavía hay resquemores por su uso en la fecha venidera- y por los puntos que encuentra a los dos más grandes en igualdad de condiciones.
No es un partido más, se trata de un Superclásico. No es un encuentro definitorio ni mucho menos, es un Superclásico. No es que el resultado pueda influir en lo que resta del campeonato, pero es un Superclásico. El cruce de River y Boca, con urgencias diferentes en la fecha de los clásicos es una excusa para parar, el país, la sangre y el aliento.

En el caso de River Plate, el clima es más apacible y relajado que el de su rival, con un DT que de memoria menciona los 11 iniciales en la conferencia de prensa y le quita ansiedad a los opinólogos, devenidos en periodistas deportivos.
River, es merecedor de sus propios méritos y con Marcelo Gallardo a la cabeza, disfruta de un buen momento como líder de la Zona 1 con 13 unidades, cuatro victorias, un empate y una derrota. En la última fecha goleó 4 a 0 a Gimnasia y Esgrima de La Plata.
En la previa, Boca Juniors es quien tiene el mayor grado de exposición en su visita a Núñez y que en caso de perder, su caída ocasionaría un mayor estruendo en el Mundo Boca y es por todo lo que se dijo en la semana.

Ejemplos sobran. Los chicos cuestionando el liderazgo del técnico y ganándose sanciones deportivas, el color de la Camiseta a usar bajo la premisa de cábala o marketing, la falta de identidad de juego en un equipo aún en formación y que tendrá al Pipa Benedetto como su más peligroso ariete, y por supuesto, el triunfo ante el líder el fin de semana último.
Boca de paso irregular con Battaglia en el banco, en lo que va del torneo está tercero en la Zona 2, con 11 puntos, fruto de tres victorias, dos empates y una derrota. El último registro es el 1 a 0 ante Estudiantes de La Plata, que no dice nada, pero que condiciona.