SanCor profundiza su crisis: plan de salvataje con el despido de 304 trabajadores
El plan reconoce la crítica situación financiera de la empresa y la imperiosa necesidad de capital de trabajo, proponiendo una serie de medidas drásticas cuyo costo recae, principalmente, sobre el empleo.

La emblemática cooperativa láctea SanCor Cooperativas Unidas Limitada ha formalizado ante la Justicia su Plan de Crisis, un documento que, si bien busca trazar una senda hacia la continuidad, dibuja un panorama sombrío, marcado por un profundo ajuste social.
El eje más sensible y crítico de la reestructuración es la proyectada eliminación de 304 puestos de trabajo. Con una dotación actual de 936 empleados, la cooperativa sostiene que la «dotación óptima» debe ser de 632, lo que implica un nuevo y severo golpe a su fuerza laboral. Este recorte se suma a una tendencia histórica: desde 2019, SanCor ya ha reducido su plantilla en un 54%, transformando esta crisis financiera en una crisis laboral y social de larga data.
Una estrategia de retaguardia: venta de activos
El plan retoma conceptos de esquemas anteriores, pero adaptados a la coyuntura actual de concurso preventivo. Su estrategia se basa en tres pilares de fuerte criticidad:
Reducción Drástica de Personal: El mencionado recorte de 304 empleos, una medida que genera liquidez inmediata a través de la reducción de costos operativos, pero que desarticula aún más el tejido productivo y social de las localidades donde opera.
Venta de Activos No Operativos: La cooperativa busca desprenderse de inmuebles y ex plantas para reducir el abultado pasivo. Esta liquidación de patrimonio, aunque necesaria para sanear las cuentas, representa la pérdida de valor intrínseco y de capacidad productiva potencial futura.
Dependencia de Alianzas Externas: El sostenimiento operativo se basa en acuerdos con empresas como Elcor S.A., La Tarantela y Saputto, que han permitido la reactivación parcial de plantas y líneas de producción. Si bien estas alianzas son un salvavidas a corto plazo, diluyen el control y la rentabilidad de la cooperativa en favor de terceros inversores.
El factor crítico: la ausencia de capital y la pérdida de autonomía
El documento de SanCor es un reconocimiento de la profunda incapacidad de la empresa para autogestionar su recuperación y de la necesidad urgente de inversores que inyecten capital de trabajo a cambio de una porción de la rentabilidad futura.
Desde una óptica analítica y crítica, el plan es más un intento desesperado por evitar la quiebra total que un proyecto de crecimiento sostenible. La búsqueda de un «equilibrio operativo» (cubrir gastos corrientes) en una primera etapa, seguida de la generación de «superávit» para pagar deudas, se funda en la premisa de un ajuste brutal en costos fijos y la venta de su propio patrimonio.
La caída de ventas de hasta el 57% en febrero de 2025 respecto al mes anterior refleja la magnitud del colapso financiero reciente. Aunque los convenios industriales han mejorado levemente los ingresos, estos siguen siendo insuficientes para afrontar los compromisos corrientes.
En esencia, SanCor está trocando autonomía, patrimonio y estabilidad laboral por la posibilidad de supervivencia. La crítica se centra en si este «salvataje» logrará realmente preservar a la cooperativa como una entidad viable a largo plazo, o si simplemente acelerará un proceso de desmembramiento y tercerización de su capacidad productiva, convirtiendo a un gigante histórico del sector lácteo en un actor marginal y altamente dependiente.
El destino de los 304 trabajadores y de la capacidad productiva nacional queda ahora en manos de la Justicia y la voluntad de los potenciales inversores externos.