13 de noviembre de 2025

Río Tercero, la ciudad de los despidos: una petroquímica echó a más de 120 trabajadores y se agudiza la crisis social

La ciudad cordobesa de Río Tercero suma otro golpe a su ya debilitado entramado productivo: la empresa Petroquímica Río Tercero despidió en los últimos días a 124 trabajadores, en el contexto de una crisis laboral que se arrastra desde octubre de 2024 y que, hasta la fecha, acumula más de 400 despidos directos e indirectos en el polo industrial local.

Ph: Archivo

La situación, que algunos trabajadores califican como un “vaciamiento”, ha encendido todas las alarmas en una ciudad de apenas 45 mil habitantes, que según testimonios locales ha perdido cerca del 70% de su potencial industrial.

Aunque todavía no hay confirmación oficial, los trabajadores sospechan que los despidos podrían responder a un inminente cierre, una posible quiebra o incluso una venta de la planta. Por ahora, solo hay incertidumbre.

“El lunes recibí el telegrama después de 41 años de trabajo. Ya en 2023 habían cerrado la planta de hidrocarburos, donde trabajaba. Desde octubre para acá, en 15 días hicieron un vaciamiento. Le vamos a dar pelea hasta el final”, relató Guillermo, uno de los empleados despedidos, en diálogo con C5N.

Las imágenes dentro de la fábrica, según denuncian, muestran una fuerte presencia de fuerzas de seguridad, en lo que los obreros describen como una «militarización» del predio, que tiene el objetivo de intimidar y evitar manifestaciones. “La fábrica está totalmente paralizada. Con la apertura indiscriminada de las importaciones, lo primero que cerraron fue hidrocarburos. Ya van 140 despidos directos y otros 60 o 70 trabajadores de la UOCRA que quedaron en la calle”, denunció otro empleado.

La Secretaría de Trabajo de la Provincia dictó una conciliación obligatoria, pero la audiencia no logró avances concretos. La empresa ratificó su decisión de ajuste y el sindicato, según fuentes gremiales, dio un paso atrás en su resistencia a la medida. La sensación de abandono por parte del Estado y del gremio es compartida por buena parte de los despedidos.

Una ciudad con el desempleo más alto del país

Río Tercero se ha convertido en el epicentro del desempleo en Argentina. En el marco de una crisis económica más amplia que afecta a toda la provincia de Córdoba, se estima que más del 50% de la población local ha perdido al menos una comida diaria, como resultado del deterioro económico. El desmantelamiento del polo industrial local no solo implica la pérdida de empleos directos, sino también un efecto dominó en comercios, contratistas y servicios vinculados.

Paradójicamente, pese a la crisis social y económica que atraviesa la ciudad, la imagen del presidente Javier Milei sigue siendo alta en esta región, superando el 60% de aprobación, según relevamientos recientes. Esta contradicción pone de manifiesto una desconexión cada vez más evidente entre las decisiones económicas del gobierno nacional y sus impactos en territorios profundamente industriales como Río Tercero.

Del esplendor industrial al abandono

Durante décadas, Río Tercero fue símbolo de desarrollo industrial cordobés. Su polo petroquímico y metalúrgico llegó a concentrar buena parte de la economía local y ofrecía empleo a miles de familias. Hoy, sin embargo, el panorama es desolador. De una planta que hasta octubre de 2024 contaba con unos 350 trabajadores, apenas quedarían 130 si se confirman los últimos despidos.

“No hay plan de reactivación, no hay señales desde el Estado, y lo más preocupante es que tampoco hay resistencia firme de los sectores que deberían estar defendiendo esta fuente de trabajo”, advirtió otro de los operarios cesanteados.

La situación de Río Tercero no es un hecho aislado, sino una postal anticipada del impacto que está teniendo el modelo económico actual en regiones con matriz industrial. El retroceso productivo, la apertura de importaciones sin protección local y la ausencia de políticas activas de empleo comienzan a dejar marcas profundas, no solo en los indicadores económicos, sino también en el tejido social de ciudades que hasta hace poco eran motores de empleo y crecimiento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *