Pichetto impulsa un proyecto para obligar a Caputo a comparecer en el Congreso
La iniciativa, firmada por Oscar Carreño junto a referentes como Nicolás Massot, Margarita Stolbizer, Carlos Gutiérrez y Mónica Fein, apunta directamente a la reticencia de Luis Caputo, quien desde que asumió en Hacienda se negó de manera sistemática a asistir a las comisiones legislativas a pesar de las reiteradas invitaciones.

El bloque Encuentro Federal, encabezado por Miguel Ángel Pichetto, presentó un proyecto de ley que busca convertir en obligación lo que hasta ahora era una práctica política: la presencia del ministro de Economía en el Congreso tras la presentación del Presupuesto.
El texto plantea una modificación puntual a la Ley de Administración Financiera (24.156), cuyo artículo 26 establece que el Ejecutivo debe remitir el proyecto de Presupuesto antes del 15 de septiembre. La novedad es que, dentro de los 10 a 30 días hábiles posteriores, el ministro de Economía estaría legalmente obligado a comparecer ante las comisiones de Presupuesto y Hacienda de ambas cámaras para explicar los lineamientos del proyecto y responder preguntas en el acto.
Más allá de la letra, el trasfondo es institucional. El presupuesto constituye la principal herramienta de política económica y, en la práctica, refleja las prioridades del gobierno en materia de gasto, inversión y financiamiento. La ausencia de Caputo en el Congreso no solo erosiona la capacidad de control legislativo, sino que también alimenta la percepción de que el vínculo entre el Ejecutivo y el Parlamento se limita al envío formal de documentos, sin espacio para el debate democrático.
El proyecto de Pichetto y sus aliados busca poner un freno a esa dinámica, institucionalizando lo que durante décadas fue un “uso y costumbre” de los ministros de Economía. La movida también tiene un componente político: marcar la cancha a un funcionario que, pese a su centralidad en la estrategia económica, ha elegido operar con mínima exposición pública y con resistencia a la rendición de cuentas.
Si la iniciativa prospera, implicaría un cambio de reglas de juego que no solo alcanzaría a Caputo, sino a todos sus sucesores. La discusión se proyecta entonces más allá de la coyuntura: ¿debe el Congreso tener un rol activo y vinculante en la explicación del presupuesto, o la relación seguirá oscilando entre la discrecionalidad del Ejecutivo y la debilidad del control legislativo?
En este sentido, el proyecto funciona como una señal de advertencia. No se trata únicamente de una disputa entre oficialismo y oposición, sino de un intento de reforzar la institucionalidad en un terreno clave: el de la transparencia y la responsabilidad política en el manejo de las cuentas públicas.