6 de octubre de 2025

Monitoreo encubierto en San Juan: ¿Estados Unidos comenzó a operar en Argentina?

El hecho, confirmado por versiones extraoficiales que indican la presencia de una pequeña comisión norteamericana, es un acto de monitoreo que subraya la creciente tensión entre Washington y Beijing.

El reciente aterrizaje de una aeronave de los Estados Unidos en las cercanías de Barreal, Calingasta, ha generado una ola de suspicacias y encendido las alarmas sobre las implicancias geopolíticas que rodean al Radiotelescopio Chino-Argentino (CART), ubicado en San Juan.

El CART no es solo una instalación de investigación científica; para las potencias globales, representa un punto estratégico. El proyecto, financiado y operado conjuntamente por China y Argentina, ha sido objeto de escrutinio por parte de Occidente, que teme que estas instalaciones duales puedan tener, o desarrollar, capacidades de vigilancia o inteligencia encubiertas bajo el paraguas de la ciencia astronómica.

Violación a la soberanía o simple vigilancia

La llegada de una comisión identificada con EE.UU. a un área cercana a un proyecto sensible, sin un comunicado oficial o una justificación clara, plantea interrogantes serios sobre la soberanía territorial argentina.

Si bien la naturaleza exacta de la visita (si fue un sobrevuelo, un monitoreo externo o una inspección in situ) se desconoce, la acción implica una clara señal de que EE.UU. está dispuesto a supervisar de cerca los movimientos de China en la región, percibiendo al CART como un potencial activo estratégico del gigante asiático.

El CART como barómetro de tensión

El radiotelescopio se consolida, así, no solo como un hito científico, sino como un barómetro de la rivalidad geopolítica en el Cono Sur. Su existencia obliga a Argentina a navegar una diplomacia extremadamente delicada, buscando balancear la inversión y el conocimiento científico que aporta la colaboración china con las presiones y desconfianzas de su tradicional aliado, Estados Unidos.

El silencio oficial

La falta de información oficial sobre el aterrizaje y los objetivos de la comisión estadounidense intensifica la preocupación. Este vacío informativo contribuye a un clima de oscurantismo y dificulta la fiscalización pública sobre qué tipo de permisos o acuerdos (si los hubo) facilitaron esta incursión, dejando a la provincia de San Juan y al país en el medio de una disputa global.

El episodio de Barreal trasciende la anécdota militar o de inteligencia. Se trata de una demostración de fuerza velada que pone de relieve cómo los intereses globales están impactando y militarizando, indirectamente, los proyectos de infraestructura crítica en suelo argentino.

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