Milei relanza la campaña en Tierra del Fuego mientras la recesión y las encuestas golpean a su alianza con el PRO
El acto en Tierra del Fuego, más que un gesto de campaña, se convierte en una apuesta por reordenar la narrativa presidencial. Milei intentará convencer a sus votantes de que el “dolor corto” aún vale la pena, pero lo hará en medio de un escenario donde la paciencia social se agota, los números económicos no muestran señales rápidas de recuperación y las encuestas advierten que el capital político que parecía sólido hace apenas unos meses hoy enfrenta su mayor prueba.

Tras su paso por Estados Unidos, donde participó de la Asamblea General de la ONU y negoció un rescate económico con el gobierno de Donald Trump, Javier Milei vuelve al frente de la campaña electoral de cara a las legislativas del 26 de octubre.
El presidente confirmó que el próximo lunes visitará Tierra del Fuego, provincia donde buscará reanimar a una base electoral que muestra signos de desgaste. “Nos vemos en Tierra del Fuego. A no aflojar. A no tirar el esfuerzo a la basura”, expresó en redes sociales, cerrando con el lema que repite en cada acto: “La Libertad Avanza o la Argentina retrocede”.
El regreso a la campaña se produce en un contexto adverso. Si bien el salvavidas financiero conseguido en Washington le da a Milei cierto margen para contener el frente cambiario, la recesión económica, la pérdida del poder adquisitivo y el freno al consumo erosionan el vínculo con un electorado que había confiado en un ajuste rápido y transitorio.
La inflación en baja dejó de ser un activo diferencial: ahora, para amplios sectores sociales, el problema central es el estancamiento y la caída de los ingresos reales.
Las encuestas reflejan el cambio de clima. Según RDT Consultores, La Libertad Avanza pasó de una ventaja de 16,3 puntos en febrero —su pico de popularidad— a quedar 1,4 puntos por debajo de Fuerza Patria en septiembre.
El oficialismo cayó del 43% al 35%, mientras que el peronismo unido escaló del 26,7% al 36,4%. A este retroceso se suman las denuncias de corrupción que golpean al gobierno y que incluso salpican a Karina Milei, figura central del armado político.