27 de septiembre de 2025

Más deuda en el horizonte: Milei viaja a Estados Unidos en busca de respaldo financiero y político

La apuesta de Milei parece clara: capitalizar la sintonía ideológica con Trump para obtener recursos que le permitan enfrentar la inestabilidad interna. Lo incierto es si la deuda que se negocia servirá para estabilizar la economía o si solo profundizará el viejo dilema argentino de hipotecar el futuro a cambio de oxígeno inmediato.

El presidente Javier Milei partió este lunes hacia Estados Unidos para participar en la 80.ª Asamblea General de la ONU y mantener una reunión bilateral con su par estadounidense, Donald Trump.

El viaje, que había sido postergado un día, adquiere un fuerte tono económico y político en un momento de marcada fragilidad para la Argentina, donde la expectativa por un eventual préstamo del Tesoro norteamericano domina la agenda.

Si bien el encuentro con la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, fue reprogramado, el foco está puesto en la relación directa con Washington. El canciller Gerardo Werthein explicó que algunas citas fueron pospuestas para priorizar los compromisos centrales, entre ellos el esperado cara a cara con Trump, quien lo recibirá este martes después de su discurso en la ONU.

La comitiva argentina estará integrada por Werthein, Sergio Caputo y, probablemente, Karina Milei. Del lado estadounidense, participará el secretario de Estado Marco Rubio, junto con otros funcionarios clave. La agenda bilateral incluirá cuestiones económicas, en particular el posible financiamiento que podría otorgar el Tesoro norteamericano, visto en Buenos Aires como una salida para paliar la falta de divisas y reforzar la estrategia electoral del Gobierno.

El discurso de Milei ante la Asamblea de la ONU, previsto para el miércoles al mediodía, será presentado como “serio y cuidadoso”, según anticipó Werthein. Sin embargo, la atención no estará tanto en lo que diga el mandatario frente al plenario, sino en lo que logre en sus reuniones privadas.

El viaje ocurre en un contexto donde la dependencia de financiamiento externo se vuelve cada vez más evidente. Más que un gesto diplomático, la búsqueda de nuevos créditos en Washington refuerza la imagen de un país atrapado en un ciclo de endeudamiento recurrente. A la vez, el vínculo con Trump podría darle aire político al Gobierno, pero también deja abierta la incógnita sobre el costo que pagará la Argentina por este respaldo: mayor condicionamiento externo y menos margen de maniobra soberana.

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