Maduro busca evitar el colapso aéreo en Venezuela ante las sanciones y cancelaciones internacionales
La advertencia recomendaba a los pilotos extremar precauciones al sobrevolar Venezuela, lo que llevó a numerosas aerolíneas internacionales, incluyendo Iberia, Air Europa, TAP, Avianca, Gol, Latam, Turkish Airlines y Plus Ultra, a suspender temporalmente sus vuelos hacia y desde el país.

El gobierno de Nicolás Maduro trabaja intensamente para contener la crisis en el sector aéreo venezolano, que se ha visto gravemente afectado tras la emisión de una alerta de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos.
Por su parte, aerolíneas venezolanas como Estelar y Laser también optaron por cancelar sus rutas Caracas–Madrid, generando incertidumbre en el tráfico aéreo regional e internacional.
El gobierno venezolano asegura que está tomando medidas para «normalizar la situación» y garantizar la continuidad de los vuelos, convocando reuniones urgentes con las aerolíneas afectadas para evitar una paralización prolongada. En declaraciones públicas, Maduro afirmó que se aplicará la ley a quienes «se coman la luz», enviando un mensaje de firmeza y compromiso para recuperar la confianza en la operatividad aérea del país, sin mencionar directamente a las aerolíneas que suspendieron sus servicios.
Este escenario se produce en un contexto de intensificación de la presión política y diplomática por parte de Estados Unidos contra Caracas. El gobierno estadounidense, liderado por Donald Trump, mantiene un despliegue naval en el Caribe y ha designado al llamado «Cártel de los Soles» como organización terrorista extranjera, una medida que abre la puerta a acciones más agresivas y que ha sido calificada por Caracas como una «invención ridícula» destinada a justificar una intervención. Además, EE.UU. ha elevado las recompensas por información que permita la captura del presidente Maduro a 50 millones de dólares.
Las acusaciones de narcoterrorismo y los esfuerzos por justificar sanciones económicas y militares continúan en aumento. En 2020, el Departamento de Justicia de EE.UU. acusó a Maduro y su círculo de utilizar el narcotráfico como arma política, vinculándolos con grupos como las FARC, ELN y el Cártel de Sinaloa. Pese a las sanciones y las declaraciones de Washington, Maduro sostiene que Venezuela solo representa un 5% del paso de cocaína desde Colombia y denuncia una «falsa narrativa» que busca justificar una intervención militar.
En el ámbito militar, funcionarios estadounidenses señalan que las opciones para actuar contra Maduro están sobre la mesa, y que dentro del gobierno norteamericano crece la ansiedad por la situación en Venezuela. Mientras tanto, en Caracas, el gobierno continúa resistiendo las presiones internacionales, intentando mantener la estabilidad en un escenario cada vez más complejo y polarizado.
