Los líderes católicos no se callan: señalaron “sobreactuación de la crueldad” en decisiones gubernamentales
En un contexto social y económico cada vez más complejo, los líderes católicos argentinos decidieron alzar su voz. La difícil situación que atraviesan muchos sectores de la población, en particular los jubilados y los más vulnerables, ha llevado a figuras relevantes de la Iglesia a manifestarse públicamente.

El cardenal y arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, fue uno de los primeros en poner el foco en la problemática de los jubilados. Sin embargo, su llamado no quedó en el aire. Ahora, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza, se ha sumado a la causa, destacando la urgencia de abordar la “cruda situación económica” que viven muchos argentinos.
Durante una misa celebrada en el cierre del año Jubilar, Colombo expresó: “Este año jubilar no lo hemos vivido en un contexto fácil ni exento de momentos amargos e inciertos.” En su homilía, el arzobispo no escatimo en palabras para describir la precariedad que enfrentan numerosos compatriotas, haciendo hincapié en la realidad de aquellos “sin trabajo, sin alimentos, sin casa, sin salud”.
Este año, el jubileo mendocino coincide con la celebración de la Inmaculada Concepción de María, un evento de gran significancia para el catolicismo argentino. La misa se llevó a cabo en un predio emblemático, donde se realizaron eventos históricos como el Congreso Mariano Nacional en 1980 y la visita del Papa Juan Pablo II en 1987. Este simbólico espacio amplifica aún más el eco de las palabras de Colombo.
El nuevo presidente de la CEA, que asumió su cargo en un momento de alta tensión social y económica, instó a los fieles a “mirar con atención la realidad” y a “vivir con solidaridad”. En su discurso, subrayó la necesidad de escapar de las frías estadísticas que a menudo dominan los discursos políticos y económicos, y llamó a la acción: “salir fortalecidos para renovar nuestras Cáritas parroquiales y diocesana, para llenarlas de energías solidarias”.
Colombo no dudó en hacer un llamado a la acción ante la “sobreactuación de la crueldad” que se refleja en las decisiones gubernamentales, instando a sus oyentes a ser “el rostro de la ternura de Dios” en medio del sufrimiento ajeno. Este mensaje de compasión y compromiso social resuena en un momento en que la economía nacional se encuentra en crisis, y muchas familias padecen las consecuencias de políticas que parecen agravar su situación.
La relación entre la nueva conducción de la CEA y el gobierno de Javier Milei aún está en formación. La comunicación se mantiene a través del secretario de Culto, Nahuel Sotelo, quien recientemente se reunió con miembros de la CEA en la casona del microcentro porteño. Aunque se espera que el presidente Milei reciba a la Comisión Ejecutiva de obispos en la Casa de Gobierno como es habitual en la previa a la Navidad, su primer año de gestión no incluyó este encuentro. La incertidumbre sobre el futuro de este diálogo persiste, especialmente en un clima de declaraciones mediáticas tensas.
Además, se suma la expectativa sobre el próximo viaje del presidente Milei a Roma para un encuentro político. La pregunta que muchos se hacen es si aprovechará la oportunidad para reunirse con el Papa Francisco, un encuentro que podría ser clave en el contexto actual de la relación entre el Estado y la Iglesia.
En tiempos de crisis, la voz firme de los líderes católicos se convierte en un faro de esperanza y un llamado a la acción, recordando a todos que la solidaridad y la compasión son fundamentales para enfrentar los desafíos que presenta nuestra realidad. La Iglesia, lejos de permanecer al margen, elige ser parte activa de la solución, promoviendo un compromiso renovado con los más necesitados.