27 de septiembre de 2025

La pobreza bajó al 31,6% en Argentina, pero aún golpea a 9,5 millones de personas y casi a la mitad de los niños

Aunque la baja en la pobreza es un dato positivo en el corto plazo, los especialistas advierten que el alivio podría ser frágil si no se sostiene en un crecimiento sostenido del empleo y en políticas de redistribución. El dato central sigue siendo que millones de personas no logran cubrir sus necesidades básicas y que los más afectados son los niños, lo que compromete el futuro social y económico del país.

En el primer semestre de 2025 la pobreza alcanzó al 31,6% de la población argentina, lo que equivale a 9,5 millones de personas, mientras que la indigencia llegó al 6,9% (2,1 millones), según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Aunque el dato representa una mejora respecto al segundo semestre de 2024 —cuando la pobreza había trepado al 38,1%—, la magnitud del problema social sigue siendo alarmante.

El informe precisó que el 24,1% de los hogares está por debajo de la línea de pobreza, y que dentro de ese grupo, un 5,6% no logra cubrir siquiera la canasta básica alimentaria. En términos absolutos, se trata de 2,45 millones de hogares pobres, de los cuales 565 mil se encuentran en situación de indigencia.

La reducción del índice estuvo asociada al incremento de los ingresos familiares, que subieron en promedio un 26,3%, superando las alzas de la canasta básica alimentaria (13,2%) y la canasta básica total (12,3%). Sin embargo, la mejora estadística contrasta con una brecha de ingresos que sigue siendo profunda: el ingreso promedio de los hogares pobres es de $671.492, frente a un costo de la canasta básica total estimado en $1.065.691, lo que marca un déficit del 37%.

El impacto de la pobreza continúa siendo más severo en los sectores más vulnerables. Casi la mitad de los niños y adolescentes de 0 a 14 años (45,4%) crecen en hogares pobres, mientras que entre los jóvenes de 15 a 29 años la tasa llega al 37%. La incidencia desciende en adultos (27,7%) y es significativamente menor en mayores de 65 años (10,8%), lo que evidencia que la infancia sigue siendo la etapa más castigada por la desigualdad.

Las disparidades regionales también revelan la persistencia de un mapa fragmentado: el Noreste argentino registró la mayor incidencia de pobreza (39%), seguido por Cuyo (33,8%). En contraste, la Patagonia mostró los niveles más bajos (27%), junto con la región Pampeana (30,5%).

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