La inflación de los trabajadores fue del 2,1% en octubre
El dato del 2,1% de inflación para los trabajadores ofrece una señal de alivio estadístico, pero difícilmente pueda sostenerse en el tiempo. Las subas de los servicios públicos y el freno del empleo anticipan que, sin una política integral de ingresos y precios, la desaceleración podría transformarse rápidamente en una nueva ola inflacionaria.

El Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (Umet) informó que la inflación de los trabajadores alcanzó en octubre el 2,1%, una leve desaceleración respecto del 2,2% de septiembre.
A primera vista, la tendencia parece marcar una estabilización de los precios, pero los analistas advierten que el escenario puede revertirse rápidamente ante los aumentos anunciados por el Gobierno en los servicios regulados.
El relevamiento, elaborado junto al Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), señaló que la inflación interanual fue del 30,3%, el nivel más bajo desde 2018, y que el acumulado en los primeros diez meses del año llega al 23,3%. Sin embargo, los especialistas del instituto sostienen que este freno inflacionario es más el reflejo de un “efecto electoral” que de una mejora estructural en la economía.
El director ejecutivo del CCD, Nicolás Trotta, advirtió que “la inflación muestra una resistencia a bajar y tiende a estabilizarse algo por encima del 2% mensual”, lo que deja en evidencia que el problema persiste más allá de los controles coyunturales. A esto se suma el anuncio de incrementos en luz, gas y transporte público, que podrían provocar un nuevo salto en los precios y diluir las recientes mejoras del poder adquisitivo. Según Trotta, la recuperación salarial de los trabajadores formales fue mínima y aún no alcanza a compensar el deterioro acumulado en los últimos años, mientras que los empleados públicos e informales continúan muy rezagados.
Desde el IET, su coordinador Fabián Amico explicó que la inflación mayorista creció un 10% entre junio y septiembre, mientras que el índice minorista apenas subió un 6%, lo que anticipa una recomposición de precios en los próximos meses. Para Amico, el gobierno contuvo los aumentos de tarifas antes de las elecciones, pero esa estrategia se está revirtiendo con la aplicación de nuevos ajustes que impactarán directamente en el consumo de los hogares.
La desaceleración de octubre, por lo tanto, no representa un cambio de tendencia sino una pausa temporal en un proceso inflacionario que sigue condicionado por la política tarifaria y la inestabilidad cambiaria. Mientras tanto, los sectores de mayores ingresos fueron los más afectados en el mes (2,3%), aunque los de menores recursos continúan cargando con el peso de un salario real en retroceso y una economía que, según el propio informe, comenzó a mostrar signos de recesión desde junio.
