La historia detrás de la foto de la bandera santiagueña «robada» desde el muro
Este 27 de abril, Santiago del Estero está de celebración y La Pluma se suma a los festejos. Ya pasaron 201 años de la decisión de ser autónomos de Tucumán y atrás en el tiempo, quedaron aquellos años que nos dieron este presente y que nos catapultan hacia delante. ¿Qué fue mucho el camino recorrido? Sí. ¿Qué falta mucho por recorrer? También. Lo justo sería decir que en el ejercicio pleno de nuestras facultades de decisión y haciendo gala de nuestras libertades, asumimos el desafío y resaltamos nuestras raíces.

Por eso nos parece oportuno compartir la experiencia de un docente “trepador de medianeras” que un 26 de abril de 2018 capturó una bandera santiagueña en una foto, tomada de forma furtiva cuando en la Escuela Nº1062 “Eusebio Correa”, de Árraga, Departamento Silípica, estaban en plena organización del acto por la Autonomía Provincial.
Una experiencia que revela más de lo que impone la celebración, o lo que muestra el encuadre fotográfico. Es la demostración, la comprobación de un Currículum Oculto en acción. Aquello que no se plasma en los contenidos conceptuales de una unidad curricular cualquiera pero que se enseña en el aula, en los patios de la escuela, en la vida. ¡Feliz Autonomía Provincial!
#BanderaSantiagueña*
La pared que separa la Escuela Primaria del Colegio Secundario es un lugar de encuentro y allí, niños y adolescentes intercambian las figuritas del tiempo. Allí es donde los unos quieren ser grandes porque están cansados de ser niños y los otros, anhelan volver a la seguridad del grado, a los juegos sin prejuicios donde correr es la consigna y a los brazos de su señorita.
Ayer me trepé al muro porque quería mi bandera santiagueña y comprendí, que soy el soberano de mis actos realizados con total independencia y en pleno ejercicio de mis libertades. Aprendí que soy responsable de mis decisiones y que eso me obliga a asumir sus consecuencias. Tal vez, pensé, Juan Francisco Borges, como precursor de la Autonomía Provincial, y posteriormente Juan Felipe Ibarra, como cristalizador del deseo autonomista, debieron ser buenos trepadores de medianeras, porque nos legaron una patria chica que hoy cumple 198 años. Cuando bajé de las alturas descubrí las miradas perplejas de los unos y los otros. Aquella intromisión que nadie esperaba, debido a que la pared es un sitio libre de profes y seños, se había convertido, por si acaso, por un instante, en la lección más importante dada jamás a un alumno, en la clase magistral que queda grabada en la retina para siempre. Caminé hacia el pasillo y no miré hacia atrás, la normalidad le fue ganando a la sorpresa y yo sonreí, al mirar la fotografía de mi bandera.
*Prof. Daniel Anchepe (Tomado sin permiso, a sabiendas de que no habrá problemas)