Jorge Rachid reavivó el pensamiento crítico en Santiago con una profunda reflexión sobre salud, política y geopolítica
La jornada, que contó con la presencia del El vicegobernador de la provincia, Dr. Carlos Silva Neder, el rector de la UNSE Ing. Héctor Paz, ministro de Gobierno, Dr. Marcelo Barbur; diputada provincial Agostina Urueña; Dr. Ramón Bernardo Herrera; Esc. Gustavo Darchuk; Francisco Muratore, director de la Escuela para la Innovación Educativa; integrantes de la Cátedra Libre Arturo Jaureche; autoridades de la Unse; docentes de la Escuela de Formación y Capacitación Política del PJ santiagueño, entre otras autoridades, integrantes de la agrupación Unidad y Federalismo, Laudato Si y público en general.

En el marco de la conferencia titulada “Ramón Carrillo: Política, Educación y Salud en el Siglo XXI”, el médico sanitarista y referente del pensamiento nacional, Dr. Jorge Rachid, ofreció una exposición cargada de historia, compromiso militante y crítica al presente político y social del país. El evento fue organizado por la Cátedra Abierta Arturo Jauretche y se realizó ante un auditorio colmado de autoridades, académicos, militantes y público general.
Desde su apertura, la actividad se presentó como un espacio de resistencia cultural y pensamiento alternativo. El Dr. Hugo Feraud, uno de los panelistas, destacó que “la Cátedra Jauretche no va a permitir que nos resignemos a esta especie de profecía autocumplida de desesperanza”, aludiendo al contexto actual de retroceso en derechos sociales.
Carrillo como símbolo de dignidad nacional

La figura de Ramón Carrillo —el primer ministro de Salud de la Nación y pionero de la medicina social en Argentina— fue el eje central del encuentro. Rachid, con una emotiva y documentada exposición, rescató no solo el legado médico de Carrillo sino también su visión profundamente humanista: “Eligió la medicina social y el compromiso político por encima del prestigio académico, y eligió quedarse en el país para construir dignidad”.
Recordó con emoción su experiencia como planificador sanitario en África, donde un médico cubano le agradeció haber llevado la figura de Carrillo al continente. “Se me cayeron las lágrimas. Carrillo se estudiaba en La Habana, en Canadá, en Europa. Pero en Argentina, en la Escuela de Salud Pública, no”.
Rachid lamentó que una mente brillante como la de Carrillo —quien fue un neurocientífico innovador, creador de herramientas como el electroencefalograma con estímulo— haya sido invisibilizada en su propio país, a pesar de su aporte gigantesco a la salud pública.
En un contexto donde las políticas públicas se ven amenazadas por ajustes estructurales, y donde los discursos neoliberales tienden a individualizar los problemas sociales, Rachid recordó que Carrillo construyó una “cultura de la solidaridad que hoy está siendo degradada”. Frente a eso, insistió en la necesidad de recuperar una visión biocéntrica, centrada en los seres humanos y la naturaleza, como alternativa a las frías lógicas de mercado que hoy dominan la escena internacional.
Una crítica estructural al presente
Pero el discurso del sanitarista fue mucho más allá de lo histórico. Con tono firme, Rachid trazó una dura crítica a las desigualdades actuales: “Entre un millón de dólares y un salario no hay justicia social”, sentenció, al tiempo que planteó la necesidad de revisar las bases filosóficas, políticas y geopolíticas que explican el actual deterioro social.
Rachid también puso el foco en la geopolítica internacional y el lugar que ocupa hoy la Argentina. “El mundo unipolar ha logrado colocar un presidente en nuestro país. Estamos regidos por un imperio herido —Estados Unidos— que ya no controla el comercio global como antes”. Propuso repensar los marcos desde los que se interpretan las decisiones nacionales: “Si no revisamos desde lo filosófico hasta lo internacional, no vamos a entender cómo llegamos a esta situación”.
Pensamiento crítico y compromiso político

La intervención de Rachid no fue solo un repaso histórico ni un diagnóstico técnico. Fue una interpelación profunda a la dirigencia, al ámbito académico y a la ciudadanía. Reivindicó el rol de las cátedras libres como espacios imprescindibles para la formación de pensamiento crítico: “Son el lugar donde se pueden elaborar utopías, fuera de los marcos cerrados del currículum oficial”.
En tiempos de incertidumbre, el mensaje de Jorge Rachid resonó como un llamado urgente a recuperar el pensamiento crítico, la justicia social y la soberanía en todas sus dimensiones.