Jalil analiza romper con el peronismo y armar un bloque propio
La reconfiguración del mapa político ya está en marcha y, por ahora, parece favorecer a un Ejecutivo que se alimenta de la dispersión opositora.

El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, se encuentra evaluando un movimiento que podría modificar de forma sensible el equilibrio interno de la Cámara de Diputados: la creación de una bancada propia integrada por los legisladores que le responden o, alternativamente, la fusión con el bloque Independencia del tucumano Osvaldo Jaldo.
El objetivo, según trascendidos legislativos, sería negociar de manera directa con el oficialismo y posicionarse como parte del peronismo dialoguista que busca capital político en un Congreso fragmentado.
La posible ruptura implica que los diputados catamarqueños Fernanda Ávila, Sebastián Nóblega, Fernando Monguillot y Claudia Palladino abandonen Unión por la Patria (UxP) —rebautizado Fuerza Patria—, debilitando aún más a un espacio que ya atraviesa un proceso de dispersión interna. De concretarse la salida, Fuerza Patria caería a 92 miembros y podría perder su condición de primera minoría, otorgando al oficialismo una ventaja estratégica: ocupar la vicepresidencia primera de la Cámara y acceder a presidencias de comisiones clave.
La maniobra de Jalil no se da en el vacío político. La Libertad Avanza, con 88 diputados, aspira a sumar nuevas voluntades y lograr un interbloque con la Liga del Interior que le permitiría superar numéricamente al peronismo. A esto se suman los movimientos ya confirmados: el tucumano Javier Noguera hacia Independencia y la decisión del puntano Jorge “Gato” Ferreyra de integrarse a esa misma bancada. El oficialismo, además, trabaja para sumar al diputado del PRO Alejandro Bongiovanni y a la legisladora Verónica Razzini, reforzando su estrategia de alianzas tácticas.
La potencial conformación de un interbloque de gobernadores —con Catamarca, Tucumán, Salta y Misiones como base— perfila un nuevo actor con capacidad de inclinar votaciones sensibles. Con 15 integrantes y la posible adhesión de una legisladora neuquina, ese conjunto podría transformarse en un aliado indispensable para el Gobierno, que necesita apoyo de fuerzas provinciales para compensar la falta de una mayoría propia.
El trasfondo político expone la fragilidad de un peronismo que no logra recomponer una conducción firme tras la derrota nacional. Jalil, uno de los pocos gobernadores que logró retener su provincia en octubre, parece decidido a capitalizar su victoria local aun a costa de profundizar la atomización del espacio. El movimiento revela una lógica de supervivencia territorial que privilegia la negociación directa con la Casa Rosada antes que la cohesión partidaria.
En este escenario volátil, los pasos de otros mandatarios provinciales, como Gerardo Zamora, mantienen abiertas incógnitas adicionales. Las definiciones que surjan en las próximas semanas no sólo delinearán la arquitectura parlamentaria del nuevo período legislativo, sino también la capacidad real del Gobierno para aprobar reformas estructurales.
