30 de septiembre de 2025

Franco Colapinto se perfila como la gran apuesta de Alpine para 2026, según el New York Times

Para Alpine, elegir al argentino sería tanto una apuesta deportiva como estratégica. Para Colapinto, consolidarse en 2026 sería el salto definitivo hacia la élite de la categoría y un hito histórico para el automovilismo argentino.

El argentino Franco Colapinto aparece en el radar internacional como el principal candidato para quedarse con el segundo asiento de Alpine en 2026. El informe de The Athletic, sección deportiva del New York Times, lo ubica por delante de Jack Doohan y Paul Aron en la carrera por acompañar a Pierre Gasly, quien ya renovó hasta 2028.

La proyección coloca a Colapinto en un lugar privilegiado en el futuro inmediato de la Fórmula 1, aunque su desafío es sostener el rendimiento y demostrar que puede ser competitivo bajo presión.

El análisis no se limita a sus logros deportivos, que incluyen puntos en dos de sus primeras cuatro carreras con Alpine, sino también a su valor comercial y simbólico. Un piloto argentino en la máxima categoría refuerza el atractivo global del equipo y le otorga visibilidad en un mercado estratégico. En ese sentido, su presencia va más allá de lo deportivo y se convierte en un activo político y económico para la escudería francesa, que en 2026 iniciará una etapa nueva con motores Mercedes y un reglamento renovado.

La balanza, sin embargo, no está completamente inclinada. Colapinto enfrenta la competencia de Paul Aron, quien cuenta con respaldo interno y regularidad como tester de Alpine. Además, la falta de pretemporada y el bajo rendimiento del coche condicionaron sus primeras apariciones, lo que derivó en expectativas desmedidas y presión adicional, reconocida incluso por Flavio Briatore.

El punto crítico será su consistencia: mantenerse cerca de Gasly en ritmo, evitar errores costosos y mostrar progresión continua. La pelea por la butaca podría definirse recién hacia fines de 2025, posiblemente en el GP de Brasil. Hasta entonces, cada carrera funciona como un examen.

El caso de Colapinto refleja cómo la Fórmula 1 ya no depende solo de los resultados, sino también de la narrativa que cada piloto construye en torno a sí mismo: talento, proyección de futuro, atractivo comercial y capacidad de sostener la presión.

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