Felipe VI y Xi Jinping destacaron la fortaleza de la alianza bilateral y la convivencia amistosa entre España y China
El viaje de los Reyes refleja una estrategia española de reforzar los lazos con China, en un momento en que las relaciones internacionales se encuentran en un escenario de cambio y competencia global. La visita busca proyectar una imagen de cooperación y diálogo constructivo, consolidando los lazos entre ambos países en un contexto de creciente influencia china en el mundo.

En una visita oficial en Pekín, el rey Felipe VI y el presidente chino, Xi Jinping, reafirmaron este miércoles la estrecha y amistosa relación que une a España y China, destacando la confianza mutua y el compromiso con el diálogo y la cooperación bilateral.
Durante el encuentro en el Gran Palacio del Pueblo, ambos líderes subrayaron que la relación entre ambas naciones representa un ejemplo de convivencia pacífica y desarrollo conjunto, a pesar de las diferencias culturales y sociales.
Xi Jinping elogió a Felipe VI como «un buen amigo del pueblo chino» y propuso fortalecer la Asociación Estratégica Integral entre China y España para dinamizar aún más sus vínculos y ampliar la influencia internacional de ambos países. El mandatario chino también destacó que, en un escenario internacional marcado por cambios y desafíos, el mundo necesita «más fuerzas constructivas comprometidas con la paz y el progreso».
Por su parte, el rey Felipe VI recordó que la relación diplomática entre ambos países tiene sus raíces en 1978, cuando el entonces rey Juan Carlos I realizó la primera visita oficial a China y abrió las puertas a una relación basada en la confianza y el respeto mutuo. Desde entonces, las relaciones han evolucionado, consolidándose en una colaboración sólida que abarca ámbitos económicos, culturales, científicos y tecnológicos.
Tras la reunión, se firmaron diez acuerdos bilaterales que incluyen un memorando para facilitar la entrada de empresas españolas en el mercado chino mediante una comisión de cooperación económica, así como convenios en áreas como coproducción audiovisual, cooperación lingüística y astrofísica. Estos acuerdos reflejan el interés mutuo en fortalecer la relación y promover el intercambio en diversos sectores.
La visita de los Reyes también incluyó un acto simbólico en la emblemática plaza de Tiananmen, donde depositaron una ofrenda floral ante el Monumento a los Héroes del Pueblo. Este gesto, tradicional en visitas de alto nivel, ha generado cierta polémica debido al significado histórico y político de ese lugar, escenario de protestas masivas en 1989, que aún permanecen como un tema sensible en China.
El acto, rodeado de honores militares y himnos nacionales, simbolizó el deseo de ambas naciones de consolidar un modelo de cooperación pacífica y desarrollo compartido. Sin embargo, algunos observadores occidentales interpretaron la visita como un gesto de deferencia hacia el régimen chino, dada la carga simbólica del lugar.
En un contexto internacional marcado por tensiones entre China y Occidente, la visita también busca fortalecer la posición de España dentro de la Unión Europea, en medio de recelos por parte de algunos países miembros respecto a la política española de acercamiento a Pekín. Mientras tanto, los medios oficiales chinos han destacado la independencia política de España, resaltando que el gobierno español ha mostrado moderación en su relación con EE.UU., incluso en temas de gasto militar.
