27 de noviembre de 2025

Estudio revela que más de 160 químicos comunes dañan el microbioma intestinal y ponen en riesgo la salud

Investigadores del Reino Unido identificaron 168 sustancias que dificultan el crecimiento de bacterias intestinales sanas en pruebas de laboratorio, lo que sugiere un posible impacto negativo en el equilibrio del microbioma intestinal.

Un nuevo análisis revela que decenas de productos químicos utilizados en la vida cotidiana son tóxicos para las bacterias que habitan en nuestro intestino, lo que podría afectar la salud de las personas.

El microbioma intestinal, compuesto por miles de tipos de bacterias y otros microorganismos, desempeña un papel crucial en la salud general, incluyendo funciones inmunitarias, digestivas y metabólicas. Alteraciones en este ecosistema se han asociado con enfermedades como cáncer, insomnio, patologías cardiovasculares, diabetes tipo 2 y partos prematuros.

El estudio, publicado en la revista ‘Nature Microbiology’, analizó 1,076 contaminantes químicos, incluidos compuestos persistentes conocidos como ‘químicos eternos’ o PFAS, que no se descomponen fácilmente en el medio ambiente. Los investigadores evaluaron su efecto en 22 especies de bacterias intestinales en condiciones de laboratorio.

Entre los compuestos identificados había pesticidas — herbicidas e insecticidas utilizados en agricultura — así como productos industriales presentes en plásticos y retardantes de llama. Muchos de estos químicos ingresan al organismo a través de alimentos, agua y exposiciones ambientales, aunque tradicionalmente no se consideraba que afectaran la microbiota intestinal.

«Nos sorprendió la magnitud del impacto que estos compuestos pueden tener», afirmó Indra Roux, investigadora de la Universidad de Cambridge. Aunque aún no se puede determinar cuánto afectan estos químicos a las personas en su vida diaria, otros estudios sugieren que contaminantes ambientales pueden alterar el microbioma, favoreciendo condiciones como obesidad y resistencia a la insulina.

El estudio también encontró que algunas bacterias modifican sus funciones para resistir estos químicos, volviéndose más resistentes a los antibióticos. Esto podría complicar el tratamiento de infecciones y aumentar la problemática de la resistencia antimicrobiana, una de las mayores amenazas para la salud pública.

Los autores resaltan que las evaluaciones de seguridad actuales para nuevos productos químicos se centran en sus efectos específicos y no consideran su posible impacto sobre las bacterias intestinales, un aspecto que debería revisarse.

«Es importante que las futuras evaluaciones de seguridad incluyan el análisis de cómo estos compuestos afectan nuestro microbioma», afirmó Stephan Kamrad, investigador de la misma universidad.

Los científicos solicitan mayor investigación sobre la exposición real a estos químicos y sus efectos en la salud, así como medidas preventivas, como lavar bien frutas y verduras y reducir el uso de pesticidas en el hogar, para limitar la ingesta de sustancias potencialmente dañinas.

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