Estados Unidos eleva la presión y pide a sus ciudadanos que abandonen Venezuela
El mensaje de Estados Unidos consolida una postura de endurecimiento y agrega un elemento más a la compleja relación bilateral. Al mismo tiempo, expone la percepción de que la crisis venezolana continúa sin señales de estabilización y que, para Washington, proteger a sus ciudadanos pasa a ser prioridad frente a un escenario que considera imprevisible.
El Gobierno de Estados Unidos volvió a encender las alarmas sobre la situación en Venezuela al renovar su advertencia de viaje y recomendar a todos sus ciudadanos que abandonen el país caribeño “de inmediato”. La medida, clasificada como Alerta de Viaje Nivel 4 —la más severa—, se publicó en un contexto de tensiones crecientes entre la administración de Donald Trump y el gobierno de Nicolás Maduro.
El Departamento de Estado argumentó que las condiciones en Venezuela representan un riesgo extremo para la seguridad personal y enfatizó que la capacidad de brindar asistencia consular es prácticamente nula. La advertencia no solo busca desalentar nuevos viajes, sino también acelerar la salida de quienes ya residen o permanecen temporalmente en el país.
La decisión de Washington llega en un momento políticamente delicado. Aunque ambos gobiernos mantienen comunicaciones discretas, subsiste un clima de fricción marcado por la presión estadounidense sobre el régimen de Maduro y por la ofensiva antidrogas que impulsa la Casa Blanca. La falta de garantías de seguridad, el deterioro institucional y la volatilidad política alimentan el diagnóstico de riesgo que sostiene la diplomacia norteamericana.
