En dos meses, Estados Unidos pretende vacunar a 85 millones de trabajadores
El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, considera que el coronavirus ocasiona un riesgo ocupacional y activa un ambicioso plan de vacunación para que la mayoría de los trabajadores de ese país estén inmunizados contra el virus hasta el 4 de enero de 2022. De esta manera, casi 85 millones de trabajadores deberán ser vacunados y en caso de que se nieguen serán duramente sancionados.

Las medidas forman parte del nuevo y agresivo plan de Biden para tratar de sofocar una pandemia que ensombreció su presidencia y puso trabas a la economía, debido en parte al alto número de norteamericanos que decidieron no recibir sus dosis.
En dos meses y como un guiño a la industria que insistió en que el Ejecutivo esperara hasta después de las vacaciones para imponer mandatos en medio de una escasez de trabajadores, cualquier empleador que no cumpla con los requisitos antes de esa fecha podría enfrentar multas de hasta 14.000 dólares.
Un alto funcionario de la Casa Blanca también deslizó que los empleados que no quieran inocularse serán responsables de cubrir el costo de sus propias pruebas semanales.
Desde que asumió, Biden evitó imponer la obligación de vacunarse a nivel nacional, centrándose en cambio en incentivos para empresas e individuos, pero la llegada de la variante delta, la de mayor contagiosidad, el aumento en los casos pediátricos y las zonas del país que siguen dudando en recibir la vacuna, hicieron que Biden modificara su estrategia en las últimas semanas.
«Hemos sido pacientes, pero nuestra paciencia se está agotando, y su negativa nos ha costado a todos», alegó el mandatario sobre la población no inoculada el 9 de septiembre, cuando anunció su plan para redactar la resolución publicada hoy.

La Casa Blanca emitió una serie de mandatos para los trabajadores que forman parte del gobierno federal y para el sector de la atención médica a fin de alentar la vacunación. La medida fue adoptada después de que un aumento de infecciones causado por la cepa de origen indio abrumara a hospitales y provocara un aumento de las muertes durante el verano.
Las regulaciones están dirigidas a los trabajadores de la salud y las empresas con 100 o más empleados, que cubren dos tercios de la fuerza laboral del país.
«Esto es bueno para la economía», afirmó un alto funcionario de la Casa Blanca a la hora de justificar el plan nacional, según la agencia de noticias ANSA.
Además de las multas para las empresas que no cumplan con el mandato, los hospitales podrían perder el acceso a los dólares de los programas Medicare y Medicaid.
Estados Unidos sigue al tope de los países más afectados por el coronavirus, seguido por India y Brasil, con 46.3 millones de casos y 751.000 muertes, según el último parte sanitario.