Elecciones en CABA: un mapa partido en dos y una nueva polarización territorial
La Libertad Avanza se impuso en el norte porteño, mientras que el peronismo ganó en el sur: un resultado que revela una fractura geográfica y social en el voto de los porteños.

Los resultados de las elecciones legislativas 2025 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no solo confirmaron el avance de La Libertad Avanza y el retroceso histórico del PRO, sino que también dejaron una clara división territorial del voto, marcando un nuevo eje de polarización en el mapa porteño.
Con el 97% de las mesas escrutadas, la fuerza libertaria encabezada por Manuel Adorni se impuso con el 30,14% de los votos (482.579 sufragios), seguida de cerca por Leandro Santoro, de Es Ahora Buenos Aires, que obtuvo el 27,35% (437.949 votos). Pero más allá del resultado general, el análisis por comuna evidencia una ciudad partida en dos.
Norte violeta, sur verde
La boleta de La Libertad Avanza se impuso en las comunas del norte, centro y corredor oeste de la Ciudad: ganó en las comunas 1, 2, 6, 10, 11, 12, 13 y 14, que abarcan desde Recoleta, Palermo y Belgrano hasta Caballito, Villa Urquiza y Núñez. Son zonas tradicionalmente asociadas a sectores de clase media-alta y alta, que durante años respaldaron al PRO, hoy desplazado por la nueva derecha libertaria.
Por su parte, Santoro se impuso en las comunas 3, 4, 5, 7, 8, 9 y 15, que cubren Balvanera, Almagro, Flores, Chacarita, Liniers y el sur profundo de la Ciudad como La Boca, Barracas, Lugano y Soldati. Estas comunas presentan históricamente mayor densidad poblacional, niveles más altos de vulnerabilidad y han mostrado afinidad con propuestas peronistas o progresistas.
Una ciudad fragmentada
Este resultado no solo muestra una elección pareja, sino también una ciudad dividida por lógicas económicas, sociales y culturales. Mientras en el norte el discurso de la libertad económica y la crítica al Estado pareció calar hondo, en el sur la promesa de presencia estatal y recuperación social todavía mantiene vigencia.
El fenómeno recuerda a la clásica grieta del AMBA, donde sectores más acomodados y otros más populares tienden a expresar votaciones diametralmente opuestas, una tendencia que se traslada ahora al ámbito porteño con un nuevo reparto ideológico.
¿Y el PRO?
El gran ausente del mapa es el PRO, que tras gobernar la Ciudad durante 16 años no logró imponerse en ninguna comuna. Su derrumbe electoral –tercer puesto con apenas 15,88%– deja vacante un espacio que los libertarios parecen estar capitalizando con fuerza, mientras el peronismo sostiene su caudal electoral en los barrios más postergados.
Una nueva configuración
Con este nuevo mapa, la Ciudad de Buenos Aires ya no es amarilla, pero tampoco es uniforme. Es una ciudad de contrastes profundos, donde el voto expresa más que una preferencia política: es una señal del clima social, económico y territorial de cada barrio. Y con este telón de fondo, se abre una etapa marcada por la disputa entre un oficialismo nacional en ascenso y una oposición que busca reconfigurarse desde lo local.