Crisis PyME: el “rebote” económico no llega a la industria y amenaza con más pérdida de empleo
El último informe de Industriales Pymes Argentinos (IPA) vuelve a encender alarmas sobre la situación del sector productivo. Mientras el Gobierno celebra un crecimiento del 5% en el EMAE de mayo, el documento advierte que este “rebote” se explica más por factores financieros y estadísticas favorables que por una mejora real en la economía.

Las PyMEs industriales siguen atrapadas entre caída del consumo, pérdida de empleo y un ajuste fiscal que profundiza la recesión en la economía real.
Según IPA, el repunte del PBI en mayo se apoyó en la actividad financiera, pero la industria y el consumo continúan debilitados.
La producción industrial muestra seis meses de mejora interanual, con un 8,5% en mayo, aunque desde niveles extremadamente bajos y con heterogeneidad sectorial: mientras maquinaria y automotriz traccionan, sectores intensivos en empleo como confecciones y metalurgia siguen en rojo. El uso de capacidad instalada, en 58,6%, sigue por debajo del umbral para una reactivación sólida.
Desinflación, pero a costa del consumo
El informe también pone la lupa sobre la dinámica de precios. La inflación de junio se ubicó en 1,6%, consolidando el proceso de desinflación, pero no por eficiencia en la política económica sino por la caída del consumo y un ancla cambiaria que luce insostenible. Los precios regulados siguen en alza y la inflación núcleo no cede, mientras la política de tarifas congeladas anticipa futuros rebrotes inflacionarios.
Empleo y ventas, en retroceso
El deterioro del mercado laboral es otro síntoma grave: en abril se destruyeron 70.000 empleos registrados en comparación con un año atrás, principalmente en industria, construcción y empleo público, donde predominan las PyMEs. El consumo masivo tampoco da señales de recuperación: las ventas en supermercados crecieron 6,1% interanual en mayo, pero por efecto estadístico; frente al mes anterior, cayeron 1,2%, y el canal mayorista retrocedió 4,9%. Apenas el 15% de las empresas espera mejoras en ventas en el corto plazo.
Un modelo con bases débiles
El panorama se completa con un frente externo en retroceso: el superávit comercial cayó 74% en el semestre, presionado por importaciones que se disparan más por arbitraje financiero que por dinamismo productivo. Mientras tanto, el Gobierno sostiene un tipo de cambio bajo un esquema de bandas, con metas ambiciosas, pero en un contexto de reservas frágiles, litigios internacionales y advertencias de JP Morgan.
La fotografía que surge del informe de IPA es clara: el crecimiento actual no es inclusivo ni sostenible. Se trata de un rebote técnico, sin creación de empleo, sin recuperación del consumo y con un Estado que apuesta al ajuste fiscal como ancla de estabilidad. Las PyMEs —responsables del 70% del empleo privado— enfrentan un escenario asfixiante: caída de la demanda interna, costos altos y competencia desigual frente a importaciones que se disparan.
Si no se implementa una estrategia integral que combine crédito productivo, políticas de estímulo a la industria y un marco cambiario estable, la “recuperación” corre el riesgo de agotarse antes de consolidarse, dejando como saldo un tejido empresarial más débil y un mercado laboral más precario.
