2 de octubre de 2025

Colapso industrial: paralización en Algodonera Avellaneda, la empresa textil de Vicentín

La paralización temporal de Algodonera Avellaneda, la textil del Grupo Vicentin ubicada en el Parque Industrial de Reconquista, Santa Fe, dejó a casi 300 operarios en incertidumbre absoluta.

La textil del Grupo Vicentin frenó su producción por falta de insumos y caída de la demanda. Cerca de 300 trabajadores quedaron en vilo, en un nuevo episodio que refleja el retroceso de la industria nacional y la fragilidad de las empresas emblemáticas frente a un modelo económico desregulador.

La decisión empresarial se tomó sin previo aviso y se justificó por la falta de materia prima y la abrupta caída de la demanda en el mercado interno. El hecho generó un clima de tensión en la puerta de la planta, con intervención policial y del Ministerio de Trabajo provincial para garantizar el resguardo de los trabajadores.

El conflicto se produce en medio de un proceso judicial clave: el juez Fabián Lorenzini, que lleva adelante el concurso de acreedores del Grupo Vicentin, exigió a la empresa un informe financiero detallado sobre su situación actual y sus perspectivas. El magistrado busca determinar si la firma está en condiciones de continuar operando y garantizar los puestos de trabajo, o si se encuentra en un proceso de desmantelamiento silencioso.

A través de resoluciones recientes, Lorenzini también ordenó evitar el corte de suministros esenciales como la energía eléctrica, al considerar que una interrupción pondría en riesgo la continuidad operativa y podría generar “daños irreversibles” para la planta y sus trabajadores.

Sin embargo, el panorama no parece mejorar. Según denunció el referente gremial Juan Carlos Bandeo, los dueños de la empresa “no se hacen responsables de los salarios correspondientes a la semana de parate”, lo que profundiza el desconcierto entre los operarios y expone una estrategia empresarial que desplaza todo el costo de la crisis sobre los trabajadores.

Esta situación no es un hecho aislado. En Tierra del Fuego, la textil Fabrisur anunció su cierre definitivo para 2026, lo que dejará a 60 familias sin empleo. Desde el gremio SETIA, advirtieron que el 60% del empleo textil ya se perdió en el país, responsabilizando directamente al Gobierno nacional por su política de apertura indiscriminada de importaciones, desprotección industrial y retiro del Estado de la economía real.

La parálisis de Algodonera Avellaneda, ícono de la actividad textil en el norte santafesino, refleja con crudeza la fragilidad del tejido productivo argentino frente a un modelo económico centrado en la especulación financiera y la liberalización de mercados. Empresas con trayectoria, que supieron ser generadoras de valor agregado y empleo calificado, hoy enfrentan cierres, concursos de acreedores o sobreviven apenas sostenidas por decisiones judiciales.

Mientras tanto, la desindustrialización avanza sin contención estatal. La caída del consumo interno, la presión de las importaciones y la falta de financiamiento agravan la situación de miles de pymes y cooperativas, mientras el discurso oficial prioriza el ajuste fiscal y la “eficiencia del mercado” por sobre la defensa del empleo.

La crisis de Algodonera Avellaneda es un síntoma más de un modelo que desarticula el aparato productivo nacional. Y detrás de cada planta paralizada, no sólo hay números: hay cientos de historias laborales truncas, economías locales debilitadas y un país que se aleja del trabajo como pilar del desarrollo.

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