16 de julio de 2025

Cerró la histórica planta de Dánica en Lavallol: 150 despidos y un futuro incierto para los operarios

El cierre de la planta de Dánica en Lavallol marca el fin de una era para la industria alimentaria en Argentina y deja un panorama incierto para los trabajadores afectados, quienes se enfrentan a un futuro laboral difuso, mientras la marca intenta reorientar su producción y adaptar sus estrategias a un mercado cada vez más difícil.

La planta de Dánica en Lavallol, ubicada en la zona sur del Gran Buenos Aires, cerró definitivamente sus puertas y notificó a alrededor de 150 operarios sobre su despido, con una indemnización considerablemente reducida.

Esta decisión, que se venía gestando desde octubre de 2023, se concretó en las últimas horas con la entrega de los telegramas de despido. La empresa citó como causa principal una «gravísima situación económica», un argumento que permitió aplicar el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que contempla una indemnización reducida del 50%.

El cierre definitivo llega tras meses de dificultades financieras y operativas. En octubre de 2023, Dánica había suspendido actividades, adelantado las vacaciones de su personal y ofrecido un plan de retiro voluntario. Los operarios, en su mayoría, aún no tienen claridad sobre su futuro laboral, ya que la producción será trasladada al interior del país, donde se recurrirá a la tercerización para continuar con la fabricación de los productos.

Una planta con más de 80 años de historia

La planta de Lavallol, que comenzó a operar en 1939, había sido un pilar fundamental para la producción de margarina y aderezos en Argentina. A lo largo de su historia, se destacó no solo por su contribución a la industria alimentaria, sino también por su marca icónica, Dánica Dorada, que dejó una huella imborrable en generaciones de argentinos. El jingle publicitario, que se popularizó en 1973 con la figura de la niña saltando la cuerda, se convirtió en un símbolo de la marca, y su eslogan “Dánica Dorada, Dánica Dorada” quedó grabado en la memoria colectiva de los hogares del país.

Sin embargo, la planta no logró sostener su competitividad frente a los cambios del mercado y las dificultades económicas. La empresa, que fue adquirida en 2011 por el grupo brasileño BRF y, en 2019, pasó a formar parte del Grupo Beltrán, citó diversos factores que llevaron a esta decisión. Altos costos laborales, especialmente los vinculados al encuadre sindical, fueron identificados como uno de los principales motivos del cierre. La empresa también mencionó las dificultades logísticas y la caída en las ventas, en un contexto marcado por la recesión económica que afecta al país desde hace varios años.

Rechazo del Sindicato y solicitud al Ministerio de Trabajo

La decisión fue rechazada de inmediato por los sindicatos. El Sindicato de Aceiteros y la Federación de Trabajadores Aceiteros expresaron su enojo y presentaron una solicitud ante el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires para garantizar la continuidad laboral de los operarios afectados. Los sindicatos exigen que se tomen las medidas necesarias para que los trabajadores reciban las indemnizaciones completas y para asegurar nuevas fuentes de empleo para quienes quedarán sin trabajo.

“Nos encontramos con una medida injusta para los trabajadores, que no solo pierden su fuente de trabajo, sino que también se ven perjudicados por una indemnización reducida. Estamos tomando cartas en el asunto y pedimos al gobierno provincial que actúe para garantizar los derechos de los trabajadores», expresó Carlos Pérez, líder del Sindicato de Aceiteros.

El futuro de Dánica y sus operarios

A pesar del cierre de la planta de Lavallol, el grupo Beltrán mantiene en funcionamiento una planta productiva de aderezos en el Parque Industrial Ferreyra, en Córdoba, lo que indica que Dánica no desaparecerá del mercado argentino, pero sí pierde uno de sus emblemas más importantes. La situación también refleja un cambio significativo en la estrategia de producción y distribución de la marca.

Con la pérdida de la histórica planta, el futuro de los trabajadores afectados es incierto, y muchos de ellos se encuentran en una situación de desprotección, con la amenaza de quedar fuera del circuito laboral formal, mientras la producción se descentraliza y la marca se adapta a un modelo más orientado a la tercerización.

Impacto en la economía local

El cierre de la planta también afecta a la economía local de Lavallol y sus alrededores, que dependían de la actividad productiva de Dánica. La fábrica, que fue un motor económico en la zona durante más de ocho décadas, deja un vacío que podría ser difícil de llenar, especialmente en un contexto económico complejo como el actual.

La noticia de la baja de 150 puestos de trabajo se suma a la creciente preocupación por los despidos masivos en distintas industrias del país, a medida que diversas empresas enfrentan el impacto de la inflación, la falta de inversión y la caída del consumo. Las autoridades locales y los sindicatos seguirán presionando para encontrar soluciones que protejan tanto los derechos de los trabajadores como la estabilidad de la comunidad.

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