16 de julio de 2025

Censura en los medios públicos: el gobierno prohíbe el uso de la palabra “represión”

El intento de invisibilizar la represión pone en evidencia la fragilidad de la democracia cuando el poder intenta silenciar a la prensa. La pregunta es hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno para consolidar su control sobre la información y qué consecuencias tendrá esta política en el ejercicio de la libertad de expresión en Argentina.

Ph: archivo

El gobierno de Javier Milei ha tomado una nueva decisión que refuerza el control sobre los medios estatales: prohibió que en la TV Pública y Radio Nacional se utilice la palabra “represión” para referirse a los hechos ocurridos el miércoles pasado en la Plaza de los Dos Congresos. La medida generó un fuerte rechazo entre los trabajadores de prensa, quienes denunciaron un intento de censura y manipulación de la información.

Según la comisión interna de la TV Pública, bajo la intervención de Eduardo González, se les impidió utilizar el término “represión” durante la cobertura de la manifestación de jubilados, acompañados por sindicatos, organizaciones de derechos humanos e hinchas de fútbol. En su comunicado, señalaron que “se nos prohibió utilizar la palabra ‘represión’ al aire y no hubo voces de los manifestantes ni de los convocantes. La voz oficial, en cambio, fue la única habilitada, como la de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el vocero presidencial Manuel Adorni y el jefe de gobierno porteño Jorge Macri”.

Esta decisión no es un hecho aislado, sino que forma parte de una serie de acciones del oficialismo para condicionar la cobertura de los medios públicos y alinear el discurso con la versión gubernamental. Desde que asumió el poder, la administración Milei ha dado señales claras de su intención de recortar, disciplinar y, en última instancia, privatizar la TV Pública y Radio Nacional.

La medida busca minimizar el impacto de la brutal represión que dejó como saldo manifestantes heridos, entre ellos el fotógrafo Pablo Grillo, quien permanece en grave estado. La prohibición del término “represión” no solo niega la realidad de los hechos, sino que también representa una peligrosa interferencia en la labor periodística, restringiendo el derecho de la ciudadanía a acceder a información veraz y plural.

La censura en los medios públicos recuerda las prácticas de gobiernos autoritarios que buscan imponer su relato oficial y borrar del lenguaje cualquier término que pueda cuestionar su accionar. Mientras tanto, la TV Pública y Radio Nacional, que históricamente han sido espacios de diversidad informativa, corren el riesgo de convertirse en meros instrumentos de propaganda gubernamental.

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